google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: Aranzadi
Mostrando entradas con la etiqueta Aranzadi. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Aranzadi. Mostrar todas las entradas

7 de noviembre de 2014

Encuentran dos varillas ornamentales de 14.000 años en una cueva de Azpeitia (Guipúzcoa)

Las varillas, datadas en el Magdaleniense Medio, tienen unos veinte centímetros de longitud y están fabricadas en asta de ciervo o reno. Los investigadores creen que la factura de estas dos piezas, de "calidad excepcional", denota también un contacto directo con otros grupos humanos de la vertiente norte de los Pirineos, ya que "entroncan con la tradición cultural de las varillas isturitzenses" localizadas en Francia. 
La arqueóloga María José Iriarte posa junto a las dos varillas enteras halladas en la cueva de Ezkuzta, en Azpeitia.
FOTO: RUBÉN PLAZA / NOTICIAS DE GIPUZKOA.
Ambas piezas, encontradas en la cueva de Ezkuzta (Azpeitia), han sido presentadas por la diputada guipuzcoana de Cultura, Ikerne Badiola, y la arqueóloga del centro Ikerbasque y de la Sociedad de Ciencias Aranzadi María José Iriarte, quienes han estado acompañadas por el alcalde de Azpeitia, Eneko Etxeberria.

Las varillas, datadas en el Magdaleniense Medio, tienen unos veinte centímetros de longitud y están fabricadas en asta de ciervo o reno, material que fue empleado por un artista prehistórico de nuestra misma especie para realizar una serie de profundos grabados en todos sus lados, salvo en la cara posterior, con un claro propósito decorativo.

María José Iriarte ha destacado la "calidad técnica" de los grabados de las varillas, una de las cuales se caracteriza por sus líneas incisas en haces, que juegan también con los espacios que el artista dejó blanco sobre el cuerno, mientras que la segunda destaca por sus espirales y rayas curvilíneas.

USO ORNAMENTAL
Las varillas, que no fueron concebidas para ser empleadas como herramientas sino para que únicamente tuvieran un uso ornamental, están trabajadas con un buril de piedra muy fino por un artesano con gran precisión y grabadas en paralelo en un único trazo con una distancia de unos dos milímetros entre ellas, según ha desvelado Iriarte.

La arqueóloga ha destacado también el "gran concepto artístico" de las personas que elaboraron estos elementos, quienes confeccionaron las varillas "pensando en lo que iban a grabar" sobre ellas desde el momento inicial de "la concepción previa de la obra".

La experta ha recordado además la dificultad de conservación de los elementos orgánicos en los yacimientos prehistóricos debido a la acidez de algunos suelos guipuzcoanos y a la facilidad con la que se corrompen estos materiales.

PROBLEMAS DE CONSERVACIÓN EN LA CUEVA
En el caso de Ezkuzta, una cueva descubierta por la asociación Antxieta Jakintza Taldea, también existen problemas de conservación debido a la instalación de una cantera sobre la gruta y la construcción de una acequia próxima, lo que erosionó el yacimiento y originó un "colapso" en la cueva con el desplazamiento de sus sedimentos y la entrada de agua en el lugar.


Los investigadores creen que la factura de estas dos piezas, de "calidad excepcional", denota también un contacto directo con otros grupos humanos de la vertiente norte de los Pirineos, ya que "entroncan con la tradición cultural de las varillas isturitzenses" localizadas en Francia.

RESTOS DE FAUNA, INDUSTRIA LÍTICA Y OBJETOS DE ADORNO
Junto a las piezas presentadas, las últimas excavaciones realizadas en Ezkuzta han permitido localizar otras piezas destacadas como restos de fauna de los animales con los que se alimentaban sus moradores, industria lítica confeccionada con sílex y datada en el Paleolítico Inferior, y objetos de adorno personal como conchas con las que pudieron confeccionarse colgantes.

Durante la comparecencia, la diputada de Cultura, Ikerne Badiola, ha destacado la riqueza arqueológica de Gipuzkoa, donde en la última campaña se han realizado 19 excavaciones y otros proyectos de interés arqueológico.

Por su parte, el alcalde de Azpeitia, Eneko Etxeberria, ha reclamado protección para el yacimiento de Ezkuzta con el fin evitar el posible "saqueo" y que alguien pueda "borrar las huellas" de sus vestigios arqueológicos.

(Fuente: Deia / EFE)

7 de octubre de 2012

Descubren cerca de Roncesvalles la antigua ciudad romana de Iturissa

Se calcula que la urbe, que ya mencionaba Ptolomeo en el siglo II, tiene una superficie de 18 hectáreas. Un equipo de arqueólogos de la Sociedad de Ciencias Aranzadi en colaboración con un programa de voluntariado de la Unión Europea, ha descubierto los primeros restos de esta ciudad a cinco kilómetros de Roncesvalles.
Restos de muros de la ciudad de Iturissa. Foto: Aranzadi.
La antigua ciudad romana de Iturissa, mencionada por los antiguos historiadores griegos y romanos, estaba situada a unos dos kilómetros de Auritz-Burguete, en el término de Zaldua, en Navarra y ocupaba una superficie de unas 18 hectáreas. Un equipo de arqueólogos de la Sociedad de Ciencias Aranzadi en colaboración con un programa de voluntariado de la Unión Europea, ha descubierto los primeros restos de esta ciudad, que hoy se mostrarán al público en una jornada de puertas abiertas.

La sociedad Aranzadi lleva cuatro años investigando las antiguas calzadas romanas que unían el Valle del Ebro y la Cuenca de Pamplona con el Pirineo. El año pasado, en el paraje de Asibar, en Aurizberri-Espinal, se encontraron dos miliarios, los primeros hallados en esta zona, que datan de finales del siglo III y principios del siglo IV. Los miliarios son piedras cilíndricas grabadas que los romanos situaban al borde de las calzadas y que señalaban hitos importantes. Los encontrados en Aurizberri tienen una altura de dos metros y están grabados, incluso con loas al emperador. Este hallazgo y la investigación de la calzada entre Espinal y Burguete ha llevado al descubrimiento de los primeros restos de Iturissa. "Ya Ptolomeo, en el siglo II, la citaba como ciudad vascona en el paso del Pirineo. Después aparece en el Itinerario Antonino, una especie de Guía Michelin de la época y también en el Códice de Rávena", señalaba ayer el arqueólogo y secretario de Aranzadi, Juantxo Agirre.

EN BUSCA DE LA CIUDAD

Pero lo cierto es que la ciudad de Iturissa no ha aparecido hasta ahora. Ya en 1986 Juan Mari Martínez Txoperena, miembro de Aranzadi y vecino de Aurizberri-Espinal, encontró la necrópolis, que posteriormente se excavó, pero nunca se había hallado la propia ciudad. Ha sido en las últimas tres semanas, durante un campo de trabajo organizado por Aranzadi y en el que han participado seis voluntarios italianos, en el primer programa de voluntariado para mayores de 50 años desarrollado en Navarra, cuando se han encontrado los restos de calles y casas.

Lo encontrado en el paraje de Zaldua tiene una gran importancia arqueológica, según Juantxo Agirre. "Hemos hecho sondeos y hemos encontrado una cimentación muy importante, de un metro de anchura y dos metros y medio de profundidad; y de esos cimientos salen otros muros y pavimentos de época romana. Todos estos elementos son de gran calidad y tienen una enorme potencia estratigráfica. Demuestran que ha habido una continuidad de la ciudad a lo largo de los siglos, primero habitada por los vascones y luego también por los romanos. En otro sondeo a unos 150 metros han aparecido también estructuras de viviendas, de forma que esta ha sido la primera vez que excavamos en la antigua ciudad de Iturissa, en sus calles y en sus casas", sostiene Agirre. De momento se han realizado cuatro sondeos, además de otros dos en la calzada, pero se estima que la ciudad ocupa unas 18 hectáreas, "así que aún tenemos una visión muy pequeña del conjunto", añade Agirre.

La ciudad de Iturissa formaba parte de la vía de comunicación romana que desde Iruña-Veleia y por la Llanada alavesa y Sakana llegaba a la Comarca de Pamplona y de allí cruzaba el Pirineo por Luzaide-Valcarlos. Aranzadi trabaja en los últimos años en toda la zona pirenaica, desde Aoiz hasta Valcarlos, donde han aparecido otros restos de la época como tramos de la calzada y otro asentamiento en Arce. Desde Aranzadi han informado del hallazgo al Departamento de Cultura del Gobierno de Navarra y están colaborando con expertos de otras universidades para crear una red de investigadores. De momento, la ciudad de Iturissa ha aparecido y la mayor parte de ella está bajo tierra a la espera de nuevas excavaciones.

27 de febrero de 2012

Veinte años de silencio sobre Lezetxiki (Guipúzcoa)

El Ayuntamiento de Arrasate, la Diputación y la Sociedad de Ciencias Aranzadi se unen para pedir que se proteja la cueva.
 "¿Desde cuándo? La primera vez que lo pedí fue en 1991. La Ley de Patrimonio Cultural Vasco que está en vigor se aprobó en julio de 1990 y yo en enero de 1991 ya envié un escrito solicitando que se considerara un bien cultural calificado", recuerda el arqueólogo Álvaro Arrizabalaga, director de las excavaciones del yacimiento de Lezetxiki.
El arqueólogo Álvaro de Arrizabalaga en una de las campañas
de excavación en la cueva de Lezetxiki. Foto: Notcias de Gipuzkoa.
Desde entonces, hace más de veinte años, el Ayuntamiento de Arrasate, al que pertenece la cueva, la Diputación de Gipuzkoa y la Sociedad de Ciencias Aranzadi, de la que Arrizabalaga es socio desde hace tres décadas, ha tramitado distintas solicitudes (al menos ocho distintas) para que el Gobierno Vasco protegiera la cueva. Por primera vez, las tres entidades lo han hecho al unísono, para sumar fuerzas, pero la respuesta de las sucesivas administraciones siempre ha sido la misma: el silencio. "Nunca he conseguido una respuesta. Nunca he tenido en mis manos un escrito en el que se me explique que se me deniega la solicitud por ese motivo o por otro. No sé qué tipo de argumentación se puede dar para no considerar que Lezetxiki tiene ese valor patrimonial", señala Arrizabalaga. Si razonaran una negativa, Arrizabalaga "podría contraargumentar". La ley vasca de patrimonio así lo especifica: "En caso de que se deniegue, tendrá que exponerse los motivos por escrito".
Según indicaron fuentes del departamento de Cultura, la situación podría cambiar, dos décadas después, porque la dirección de Patrimonio del Gobierno Vasco estudia "la posibilidad de iniciar la tramitación del correspondiente expediente de protección".
Un técnico de Aranzadi abandona el yacimiento.
Lezetxiki constituye uno de los orgullos de Arrasate, que se ha movilizado -en su última iniciativa a través de las redes sociales- para reclamar su protección. Pero no se trata solo de amor por proximidad. La historiadora Arantza Otaduy, integrante de Arrasate Zientzia Elkartea, recuerda que el yacimiento guipuzcoano es uno de los centros prehistóricos más importantes del norte peninsular. Es especial porque en él se localizó, en las campañas de Aita Barandiaran entre los años 50 y 60, el primer resto humano en la CAV (un húmero de mujer). Es privilegiado porque reúne fósiles humanos de tres especies distintas (homo heidelbergensis, neandertal y homo sapiens). Es peculiar porque cobijó uno de los últimos monos que habitó en Europa antes de su extinción. Es sentimental, porque está ligada a las leyendas de Mondragón, recogidas también por Barandiaran, como las que relacionan una lamia con un joven de un caserío de Garagarza; leyendas que, más allá de su poder simbólico, explican cambios sociales como el proceso de cristianización de los vascos.
SIGNIFICADO "No entiendo los trámites burocráticos ni los motivos por los que el Gobierno Vasco no le da el valor que le damos otros", lamenta Otaduy. El concejal de Cultura de Arrasate, Kepa Urteaga, confirma que tanto el Ayuntamiento como la Diputación y Aranzadi "están unidos en la idea de salvaguardar este espacio para la posteridad". Pero, ¿qué entraña que el Gobierno Vasco dé luz verde a la protección?
Si Lezetxiki hubiera estado protegido desde el primer momento en que se solicitó, arqueólogos y amantes del yacimiento se habrían ahorrado los tres sustos que pudieron abocarlo a la desaparición; habría existido un régimen de ayudas oficiales para la compra y adquisición por parte del Ayuntamiento del terreno privado, y el Consistorio no habría tenido que comprarlo a precio de mercado al propietario con sus propios recursos; y habría sido un yacimiento prioritario en las ayudas de catalogación de los bienes, algo que no ha sucedido en 18 años de excavación. "Habría supuesto muchas cosas, muchas facilidades, comodidades, seguridades y tranquilidades", resume Arrizabalaga.
Por ejemplo, a nadie se le habría ocurrido en el primer proyecto del Tren de Alta Velocidad (TAV) destruir el yacimiento. "Las alegaciones para que no se destrozara las tuve que interponer yo como arqueólogo particular", recuerda. "Si se hubiese protegido, habría un punto rojo destelleando en el ordenador, y cuando lo hubieran visto, habrían dicho 'mejor nos metemos en otro valle'. Al final es verdad que se ha conseguido desviar, ha sido uno de los pocos puntos en los que se ha atendido las alegaciones, pero porque el 3 de agosto de 1997 un particular, a instancias del Ayuntamiento de Mondragón, interpuso un recurso. Ninguna institución lo hizo. Todo eso nos lo habríamos evitado si este lugar hubiera estado protegido. Queremos que lo esté de una santa vez y no tengamos que estar continuamente sometidos a estos sustos", reclama el arqueólogo de Aranzadi.
Desde el Gobierno Vasco se recuerda que, aunque ninguna de las solicitudes "dio como resultado el inicio de un expediente de protección de Lezetxiki", ello no ha "impedido en ningún momento una actitud vigilante del Departamento de Cultura, manifestada en el requerimiento de Patrimonio de variar el trazado de la línea del TAV para impedir que afectara a la cueva, como así se hizo finalmente". "Obviamente, el Departamento de Cultura informó favorablemente. ¡Solo faltaba!", apostilla Arrizabalaga. "Cuando presentamos alegaciones, no solo caía Lezetxiki, sino siete yacimientos arqueológicos y alguno más que ha sido descubierto con posteridad", sostiene.
SIN PINTURAS Además por el trazado del TAV, Lezetxiki ha estado a punto de desaparecer en otras dos ocasiones. A mediados de los 90, los furtivos se acercaban a la cueva con una azada, picaban y se llevaban unos huesos "en plan tesorillo". "Uno individualmente no hace estropicio, pero el conjunto suponía un grave problema", precisa Arrizabalaga.
El segundo sobresalto se produjo cuando el propietario del terreno, que incluía un pinar, taló los árboles , que cayeron en terreno arqueológico. Tan o más problemático fue retirarlos. Todo esto, insiste el director de la excavación, se habría evitado con un expediente de protección.
"Lo único que desenfoca un poco la importancia de Lezetxiki es que está al lado de un lugar de rango mundial, como es Atapuerca. Si no estuviera tan cerca, tendría un puesto de honor en la Prehistoria de la Península Ibérica", asegura. Además, todavía puede albergar más tesoros. "Tenemos una secuencia de nueve metros y aún no hemos dado con la base, seguimos excavando. Sigue saliendo material y nada transmite la sensación de que eso se vaya a acabar en breve. Casi con toda seguridad, no queda menos de un metro", pronostica Arrizabalaga.
Preguntado por si podría pesar en su contra, como se ha mencionado en alguna ocasión, la ausencia de pinturas rupestres, es tajante. "Se me ocurren dos decenas de cuevas que no tienen pinturas rupestres y son Patrimonio de la Humanidad por la Unesco; la más cercana, Atapuerca". "No es un argumento: los yacimientos arqueológicos, tengan o no pinturas, sean o no cuevas, tienen valor en sí mismos como contenedores, como el escenario en el que se ha desarrollado la vida de los grupos humanos prehistóricos. Si es un escenario importante, como es el caso de Lezetxiki, porque tenemos un registro casi continuado de presencia humana de más de 150.000 años y los restos fósiles más antiguos del Cantábrico, creo que no hacen falta muchas argumentaciones más", señala.
Lezetxiki tiene "plusmarcas" más que suficientes, pero, insiste Arrizabalaga, en este caso, "simplemente" habría que atender a que "existe un régimen de protección de yacimientos y bienes culturales que está en vigor desde hace 20 años y solo se pide que se cumpla la normativa. Aunque el yacimiento fuera mucho menos importante, merecería también un régimen de protección. Se está solicitando algo de derecho y no sé muy bien por qué motivo no se cumple", concluye.