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5 de diciembre de 2023

Documentan una gran alberca en la almunia de recreo del Rey Lobo en Monteagudo (Murcia)

El estanque se localiza anexo al salón protocolario del complejo palaciego, y aunque su función era ornamental también sirvió para abastecer a la finca de recreo
Investigadores del CSIC y del Instituto Arqueológico Alemán inspeccionan la arquería excavada en el llano de Monteagudo. Guillermo Carrión / AGM

Otra sorpresa en la zona del llano del Castillejo, en Monteagudo. La nueva campaña de estudio que se lleva a cabo hasta este martes en la almunia de Ibn Mardanis, conocido por las fuentes cristianas como el Rey Lobo, ha sacado a la luz vestigios de una gran alberca en uno de los patios del palacio del siglo XII.

Los trabajos que dirige el arqueólogo murciano Julio Navarro, adscrito a la Escuela de Estudios Árabes del CSIC, han permitido descubrir mediante un sondeo restos de pavimentos y de pinturas murales de dicho depósito, que tendría una capacidad de 800 metros cúbicos. El estanque se localiza anexo al salón protocolario del complejo palaciego, y aunque su función era ornamental también sirvió para abastecer a la finca de recreo.

La campaña, en la que participa el arquitecto Felix Arnold, director científico del Instituto Arqueológico Alemán en Madrid, está siendo «especialmente fructífera», indica Navarro, ya que también se ha podido documentar la arquería del pórtico del pabellón, entre la gran alberca y una segunda más pequeña.

No obstante, solo ha sido posible excavar sus cimientos, «pues las estructuras exhumadas no conservan nada de su alzado», indica el experto del CSIC. Navarro explica que este tipo de distribución está presente en otros complejos áulicos de la arquitectura islámica.

Los nuevos descubrimientos apuntalan la importancia del yacimiento de Monteagudo, donde ya se han localizado restos de dos palacios: el de Ibn Mardanis (siglo XII) y otro posterior que mandó erigir Ibn Hud, entre los años 1228 y 1238, para alojar su corte durante las terceras taifas.

24 de octubre de 2023

Dos torques de oro de la Edad del Hierro salen a la luz en una finca de Betanzos (A Coruña)

La primera de las piezas se descubrió el pasado mes de mayo y la segunda hace unas semanas. En ambos casos, la persona que realizó el hallazgo casual lo entregó a los responsables de Patrimonio de la Xunta de Galicia. Una prospección arqueológica y geofísica realizada en la parcela con el fin de comprobar si se escondían más objetos históricos no ha detectado ningún material ni niveles antiguos.
Vista de los dos torques de oro encontrados por vecinos de la comarca de As Mariñas (A Coruña), mientras labraban tierras cultivadas. EFE

Dos torques de oro únicos de la Edad del Hierro han salido a la luz durante unos trabajos de arado en una finca de Betanzos (A Coruña). La primera de las piezas se descubrió el pasado mes de mayo y la segunda hace unas semanas. En ambos casos, la persona que realizó el hallazgo casual lo entregó a los responsables de Patrimonio de la Xunta de Galicia. Una prospección arqueológica y geofísica realizada en la parcela con el fin de comprobar si se escondían más objetos históricos no ha detectado ningún material ni niveles antiguos.

Ambos torques, en un gran estado de conservación, se encuentran actualmente en el Museo Arqueológico e Histórico de San Antón, el centro de referencia para el estudio de este tipo de hallazgos efectuados en la Mariña coruñesa, según ha anunciado la Xunta de Galicia en una nota de prensa. Los resultados preliminares de la investigación química y analítica, realizada por Xosé Lois Armada y Carlos Otero, del Instituto de Ciencias del Patrimonio del CSIC, apuntan a que las piezas, una especie de collar rígido, abierto en su parte anterior, fueron creadas en la Edad del Hierro (siglos IX-II a.C.).

Los torques fueron una de las joyas más representativas de esta época. Los dos documentados en Betanzos presentan las características habituales del tipo ártabro, una tipología de la que solo se conocen 24 ejemplares. Según los investigadores, sus particularidades son los remates en forma de pera o cebolla y una decoración de hilos enrollados en los tercios laterales, con motivos en espiral que delimitan la zona lisa. Además, otro aspecto a destacar es que a menudo este tipo de piezas no son de oro macizo, sino que contienen núcleos elaborados con metales o aleaciones menos nobles.

El primero de los torques tiene unas dimensiones de 147x143 mm, 11 milímetros de diámetro en el aro central y un peso de 390,3 gramos. Como cualidad singular, subrayan los investigadores, la unión del aro con los remates muestra una pericia técnica inferior a la del resto de piezas, lo que sugiere que se trata de una reparación antigua. Además, los primeros resultados de su estudio apuntan al uso de un oro con un porcentaje muy alto de pureza.

La segunda pieza, de 161x38 mm, 18 mm de diámetro y 365 gramos de peso, presenta las características habituales de los torques de tipo ártabro, pero con unas terminaciones ligeramente distintas entre sí —una de ellas presenta una forma parecida a una almendra—. A diferencia del otro ejemplar, se ha detectado la presencia de un metal menos noble en el interior del aro a través de las ligeras roturas y de las zonas de abrasión.

Según Román Rodríguez, conselleiro de Cultura de la Xunta, que visitó este lunes el Museo Arqueológico e Histórico de San Antón, el hallazgo de estos torques "da una nueva oportunidad para ahondar más señero y en la historia de la comarca".
(Fuente: El Español)

3 de octubre de 2023

Los restos de ganado en un galeón hundido en Ribadeo explican la alimentación en el siglo XVI

El CSIC ha encontrado 78 huesos de animales, que dan cuenta de las fuentes de proteínas de la tripulación
Toma de medidas en el yacimiento del pecio Ribadeo I. | Christine Heamagi (MALtd), Proyecto ForSEAdiscovery-CSIC / Xunta de Galicia

En 1597, un galeón de guerra construido en Nápoles (Italia) naufragó en aguas gallegas. Este buque, el San Giacomo di Galizia, también conocido como Santiago, se hundió en el estuario de Ribadeo (Lugo), donde ahora el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) lidera su análisis, siglos después, con el objetivo de conocer cómo era la vida de sus tripulantes.

El yacimiento subacuático de los restos del Santiago, o el Pecio Ribadeo I, es un caso excepcional para estudiar un navío de guerra del siglo XVI en aguas territoriales españolas. La investigación de este pecio, que constituye un fragmento de una nave naufragada, ofrece una ventana al pasado, que permite conocer el ganado consumido por los marineros o el tipo de cerámica utilizada para almacenar agua y cómo se conservaban los alimentos.

Así, el equipo internacional liderado por el CSIC ha logrado reconstruir la historia del Santiago. Gracias al estudio de los artefactos sumergidos y la revisión de documentos históricos y análisis espectroscópicos, los investigadores se aproximan como nunca a las actividades ocurridas a bordo del navío, durante su breve periodo de servicio en la Armada española, desde su construcción en un astillero de Nápoles alrededor de 1590 hasta su naufragio en 1597.

La investigación, coordinada por las científicas Ana Crespo Solana y Marta Moreno García del Instituto de Historia (IH-CSIC), y Sagrario Martínez Ramírez, del Instituto de Estructura de la Materia (IEM-CSIC), ambos pertenecientes al CSIC, ha presentado los resultados recopilados en la revista Heritage. En este número monográfico especial ahondan en la cultura material y la vida a bordo de barcos de los siglos XVI al XIX y ofrecen una visión más amplia de las interacciones del entorno marino.

De acuerdo con la nueva publicación, este naufragio y otros de la misma época representan un valioso patrimonio histórico-arqueológico que ha recibido una atención limitada desde la perspectiva de la investigación subacuática, cuyo estudio proporciona «nuevas perspectivas sobre los contextos históricos y materiales de los siglos pasados», en palabras de Crespo.

La científica, especializada en historia y arqueología submarina, subraya que estos estudios «ofrecen una riqueza de datos significativos sobre la cultura material de la época, las dinámicas a bordo, las prácticas marítimas, las redes comerciales, los comportamientos y los conocimientos náuticos, así como el subsiguiente desarrollo y transformación de los sitios arqueológicos, los cuales se convierten en cápsulas históricas del tiempo». Ella lideró el proyecto europeo ForSEAdiscovery, que llevó a cabo la excavación subacuática entre 2012 y 2022. Actualmente, el trabajo continúa bajo la dirección de Miguel San Claudio Santa Cruz, arqueólogo de la Xunta de Galicia.

La gastronomía en un galeón de guerra
El estudio de los 78 huesos recuperados a bordo del Santiago revela, según el análisis arqueozoológico del Laboratorio de Arqueobiología de IH-CSIC, que los restos corresponden a diferentes porciones cárnicas, como vacas, corderos, cerdos, un ganso e incluso merluza.

Esto sugiere el papel fundamental del ganado como fuente primaria de proteínas para la tripulación. Según Moreno, el mayor número de desechos de vaca frente a las otras especies apunta a que el vacuno fue una fuente importante de proteínas para la tripulación. Además, la identificación de partes de animales con menor valor cárnico, como cráneos y extremidades distales de las patas, plantea la posibilidad de que se transportara ganado vivo para su posterior procesamiento a bordo.

Los patrones en la carnicería, como la frecuencia y ubicación de marcas de troceado en porciones pequeñas y manejables, indican a los científicos que los métodos de cocción más habituales eran la ebullición y el guiso. Además, los datos de envejecimiento denotan el probable consumo de carne tierna de vaca y cordero, indicando diferencias entre la alimentación de los oficiales de alto rango y el resto de la tripulación.

Por último, la recuperación de un tarsometatarso de ganso, un hueso sin rendimiento cárnico, supondría la presencia de aves de corral vivas a bordo, mientras que una vértebra de merluza se relacionaría con la provisión de pescado seco.

La cerámica, clave en el almacenamiento
Los análisis arqueométricos y químicos de las cerámicas, artefactos y restos óseos de fauna del yacimiento, han permitido a Ramírez, especialista en materiales del IEM-CSIC, reconstruir el itinerario de navegación del galeón. A través de la combinación del registro arqueológico con la documentación histórica, ahora se puede afirmar que el buque partió de Nápoles y pasó por Cádiz y Lisboa antes de hundirse en Galicia.

La cerámica se ha revelado como uno de los hallazgos más comunes, seguida de la madera y la piedra. Principalmente de manufactura portuguesa, estas vasijas no cumplían primordialmente funciones culinarias, sino de almacenamiento de agua y conservación de alimentos durante las extensas travesías marítimas. Además, «el estudio de las cerámicas y algunas piezas metálicas apuntan a diferentes técnicas de producción y a una importante cadena de conocimientos y mano de obra en su elaboración», detalla Crespo.

Las muestras se analizaron desde el punto de vista químico y mineralógico utilizando diferentes técnicas instrumentales en el IEM-CSIC, lo que ha permitido determinar dos tipos de cerámicas cocidas a diferentes temperaturas (<800ºC y >900ºC). Las primeras se relacionan con jarras para almacenar aceite, mientras que las segundas corresponden a piezas de vajilla, lo que confirmar la presencia de cerámica vinculada a la vida cotidiana a bordo de un barco militar.
Construcción naval mediterránea

En el monográfico también se publican los resultados de una intervención arqueológica del CSIC en el pecio de Mortella II, en 2021, que se realizó como complemento de la excavación del pecio del Mortella III efectuada entre 2010 y 2019, y al que está históricamente vinculado.

Ambos barcos eran mercantes genoveses que navegaban juntos y que se hundieron en 1527, en el contexto del séptimo conflicto italiano de la guerra entre Francia y España.

La revista recoge los principales resultados de las líneas de investigación sobre construcción naval y artefactos (anclas y artillería), del Renacimiento. La excavación de los pecios de la Mortella II y III fue dirigida por Arnaud Cazenave de la Roche y Ana Crespo.
(Fuente: The Objective)

18 de mayo de 2023

El CSIC explora en Babia las huellas milenarias del pastoreo de montaña

Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas realizan prospecciones arqueológicas en Fuentes del Sil (León). Por el momento han encontrado evidencias de la presencia de pastores prehistóricos de hace unos seis mil años; así como restos de cabañas ocupadas en tiempos medievales

Arqueólogos del CSIC en Babia excavando cabañas de Pastoreo de Montaña CSIC

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), a través del Instituto de Ciencias del Patrimonio (INCIPIT, Santiago de Compostela) dirige estos días excavaciones arqueológicas en enclaves pastoriles de las Fuentes del Sil, en las inmediaciones de la localidad de La Cueta, en el municipio de Cabrillanes en la provincia de León.

El equipo está formado por 12 especialistas bajo la coordinación científica y técnica de David González Álvarez, investigador del CSIC en el INCIPIT, quien destaca que “este tipo de estudios arqueológicos muestran un enorme potencial, y constituyen una iniciativa pionera en la investigación de las cumbres más elevadas de la Cordillera Cantábrica”.

El INCIPIT lleva trabajando en la zona desde 2017 con el objetivo de explorar, en la comarca de Babia, las huellas que el pastoreo ha dejado en estas montañas desde hace milenios. “Por el momento, hemos podido datar muchas de esas construcciones en diferentes momentos históricos, entre la Prehistoria reciente y nuestros días”, apuntan los investigadores a la Agencia DiCYT.

“Destacan algunas ocupaciones detectadas en el entorno de la laguna de Las Verdes, en Torre de Babia, con evidencias de la presencia de pastores prehistóricos hace unos seis mil años; así como restos de cabañas ocupadas en tiempos medievales, cuando Alfonso X el Sabio favoreció la fundación del Honrado Concejo de La Mesta de Pastores. Conforme avanzan los trabajos, llama la atención la diversidad en formas, tamaños y localizaciones de las estructuras investigadas, aspectos que centran el análisis de este equipo para comprender los cambios y continuidades en las actividades ganaderas”, explican desde el equipo.

Impacto de la trashumancia
“Durante las próximas dos semanas realizamos excavaciones arqueológicas en enclaves pastoriles de las Fuentes del Sil, en las inmediaciones de la localidad de La Cueta, gracias a financiación del CSIC y el Ministerio de Ciencia e Innovación. Esperamos recuperar datos útiles para caracterizar cómo ha cambiado el pastoreo en estos espacios, en los que aún varios rebaños de ovejas trashumantes llegados de Extremadura aprovechan sus ricos pastos cada verano”, avanza David González Álvarez.

Algunas de las preguntas a las que pretenden dar respuesta los investigadores son ¿Desde cuándo los rebaños de ganado aprovechan los pastizales más altos de la Montaña Leonesa? ¿Cómo ha variado esta actividad a lo largo de la historia? ¿Cómo se adaptó la ganadería a los cambios ambientales o históricos que condicionan su desarrollo? ¿Qué efectos genera el uso pastoril de estos espacios en su entorno en diferentes etapas históricas.

Como metodología para obtener estas respuestas, han explorado, mediante sondeos arqueológicos, unas 25 estructuras arruinadas que se reconocían en diferentes majadas de los pastizales de Babia. De algunas de ellas, no había memoria siquiera sobre su ocupación, mientras que otras ruinas de cronología casi pasan desapercibidas en el entorno de las cabañas actualmente en uso por los últimos pastores que aprovechan estos terrenos elevados.

Ruinas pastoriles de más de mil años
En esta campaña de trabajo de campo, los trabajos se concentrarán en el área de Calderones, próxima a las cumbres que dan sombra al nacimiento del río Sil. Allí, el equipo del CSIC excava una cabaña que fue ocupada en época tardoantigua, hace unos mil trescientos años.

“Se preservan los restos arruinados de su muro perimetral, un pequeño conjunto de fragmentos cerámicos semejante a piezas recuperadas en enclaves coetáneos de Zamora, así como los restos de un hogar repleto de carbones, cuyo análisis nos habla del aprovisionamiento de combustible leñoso para calentar esa estancia. En las proximidades de esta cabaña, la prospección superficial desvela trazas tenues de antiguos cercados para el ganado, además de otras cabañas. En los próximos días, los trabajos se ampliarán con prospecciones geofísicas, trabajos de teledetección con drones, y nuevos sondeos que serán excavados en estructuras no exploradas hasta el momento. Lo que pretendemos es recomponer pasajes clave en la biografía cultural de estas montañas lo cual nos ayuda, en definitiva, a reflexionar sobre cómo los paisajes de Babia fueron modelados por el pastoreo a lo largo de la historia hasta dar forma, en buena medida, a su configuración actual”, avanza David González Álvarez.

19 de abril de 2023

Hallan las primeras representaciones humanas de Tarteso en Badajoz

Investigadores del CSIC han sacado a la luz los restos de cinco relieves antropomorfos del siglo V a.C., en el yacimiento de Casas del Turuñuelo (Badajoz). Por la calidad de la talla de dos retratos femeninos, se piensa que estos podrían representar a divinidades, las primeras con forma humana encontradas en esta cultura.
El descubrimiento supone un cambio de paradigma en la interpretación de la cultura tartésica. / EFE/ Samuel Sánchez.

Los trabajos realizados en el marco de la quinta campaña de excavaciones en el yacimiento tartésico de Casas del Turuñuelo (Guareña, Badajoz) sacan a la luz los restos de cinco relieves figurados del siglo V a.C., los primeros pertenecientes a la cultura tartésica (siglos VIII-IV a.C.).

El descubrimiento se realizó durante la excavación del sector este del yacimiento, el área por el que se accede al patio del edificio donde se documentó un masivo sacrificio de animales, principalmente caballos. Lo insólito del nuevo hallazgo es que las representaciones corresponden a rostros humanos.

El equipo del Instituto de Arqueología, centro mixto del CSIC y la Junta de Extremadura, dirigido por Esther Rodríguez González y Sebastián Celestino Pérez, ha confirmado hoy que, del conjunto recuperado hasta la fecha, dos de los relieves figurativos se encuentran casi completos y corresponden a mujeres adornadas con destacados pendientes o arracadas que representan piezas típicas de la orfebrería tartésica.

Hasta el momento, estas piezas de oro solo se conocían a través de los hallazgos realizados en enclaves como el yacimiento de Cancho Roano o dentro del conjunto que conforma el tesoro de Aliseda, un ajuar funerario tartésico hallado en Cáceres. Dada la calidad técnica y el detalle artístico con el que fueron elaboradas, parece que nos encontramos ante la representación de dos divinidades femeninas del panteón tartésico. Sin embargo, los investigadores no descartan que se trate de personajes destacados de la sociedad de entonces.

Junto a las dos figuras femeninas, se han recuperado otros fragmentos de relieves. Estos pertenecen a, al menos, otros tres individuos, uno de ellos identificado como un guerrero, ya que conservaba parte del casco.

Este extraordinario descubrimiento supone un profundo cambio de paradigma en la interpretación de Tarteso, considerado tradicionalmente como una cultura anicónica por representar la divinidad a través de motivos animales o vegetales, o a través de betilos (piedras sagradas). Por último, el hallazgo confirma la importancia del yacimiento y resalta la trascendencia de la cultura tartésica en el valle del Guadiana durante sus últimos momentos.

Construyendo Tarteso
'Construyendo Tarteso' es un proyecto de la Agencia Estatal de Investigación dentro del Plan Estatal I+D+i del Ministerio de Ciencia e Innovación. Su objetivo principal es caracterizar la cultura material tartésica a través del análisis arquitectónico de los grandes edificios de adobe excavados en las últimas décadas.

El equipo de 'Construyendo Tarteso', que comenzó su primera campaña de excavación en 2015, en el yacimiento de Casas del Turuñuelo ubicado en las Vegas Altas del Guadiana, actualmente se encuentra inmerso ya en la quinta campaña de excavación.

Los trabajos actuales se centran en el sector este del yacimiento para intentar localizar el punto de acceso: la fachada del edificio. Al ser construcciones que siguen un patrón oriental, habitualmente se orientan hacia el este, es decir, hacia la salida del sol. Además, se intenta descubrir si existe una simetría con el patio o si podría existir una puerta que comunicase directamente con dicho espacio.

El yacimiento es singular, fundamentalmente, por su excelente estado de conservación. Hasta la fecha, constituye el edificio construido en tierra mejor conservado del Mediterráneo occidental. Ello se debe, entre otras razones, a que ha mantenido en pie sus dos plantas constructivas, es decir, que existe la posibilidad de caminar tanto por el piso superior como por el inferior.

Estas condiciones permiten documentar técnicas constructivas y soluciones arquitectónicas que hasta la fecha no se habían documentado en un yacimiento tartésico. Un ejemplo es la posible existencia de una bóveda que cubría una de sus estancias principales o el uso del mortero de cal, en este caso, para fabricar los sillares de los peldaños inferiores de la escalera. Sin duda, se trata de un yacimiento singular.

Además de los elementos arquitectónicos, como la conservación de alzados de adobe de hasta cinco metros de altura, es significativo el sacrificio masivo de animales, el más grande que se haya documentado hasta la fecha, en el Mediterráneo occidental.

Por otra parte, los materiales que atesora y el estado de conservación de los mismos son excepcionales: la presencia de una escultura de mármol procedente del monte Pentélico, del que solo se cuenta con los pies, o el conjunto de vidrios de origen macedónico, junto a la colección de marfiles etruscos, evidencian la riqueza cultural y material de este singular enclave.
(Fuente: Agencia SINC)

25 de enero de 2023

Concluye la reconstrucción de la puerta Norte del poblado de Santa Trega en A Guarda (Pontevedra)

La puerta Norte del castro de Sta. Trega destaca dentro de la arqueología castrexa por su excepcional conservación. Una larga escalera de piedra, flanqueada entre muros, asciende la ladera hasta la puerta que franquea el paso al interior del poblado.
La actuación se enmarca en el proyecto Trega 2000+5, liderado por el CSIC a través del Instituto de Historia, en colaboración con el Concello de A Guarda (Pontevedra).

La empresa Terra Arqueos ha concluido los trabajos arqueológicos realizados desde diciembre en la entrada Norte del poblado de Sta. Trega que han derivado en la reconstrucción de dicha zona.

“Son los primeros trabajos en los que se lleva a cabo la reconstrucción completa de la puerta de un poblado castrexo. Desde ahora el visitante dispone de una imagen muy aproximada de cómo era el acceso a los castros durante la Edad del Hierro”, explica Brais X. Currás, investigador del Instituto de Historia del CSIC.

La puerta fue excavada entre los años 1910 y 1920 por la Sociedad Pro Monte guardesa con el asesoramiento del arqueólogo Ignacio Calvo. Años más tarde, Cayetano de Mergelina registró planimétricamente aquellos trabajos.

“El dintel apareció caído in situ, al pie de la puerta. Ahí ha permanecido durante casi un siglo, esperando a su restitución al lugar original. Las jambas de la puerta, en cambio, están desaparecidas, pero la solera conserva las marcas donde iban asentadas. La reconstrucción, ahora, de la puerta Norte del poblado ha implicado una gran complejidad técnica. Los trabajos consistieron en la reconstrucción parcial de la muralla y la restitución del dintel. Para ello, se emplearon exclusivamente medios manuales, con la ayuda de cinchas de amarre y poleas, evitando utilizar maquinaria. Las jambas, que están perdidas, se sustituyeron por reproducciones y se colocaron en el lugar original”, dice Brais X. Currás.

Durante la Edad del Hierro y hasta la llegada de Roma, el paisaje estaba formado por una sucesión de aldeas fortificadas, opuestas y enfrentadas entre sí: los castros. Todos estos poblados estaban cercados por una muralla que simbolizaba ese enfrentamiento, representando la identidad de cada comunidad castrexa frente a las demás y garantizando además la seguridad del grupo. Por eso las murallas, los fosos y las estructuras de acceso, son los elementos más visibles de los castros y aquellos en los que se invirtió más trabajo y se puso más cuidado.

La puerta Norte del castro de Sta. Trega destaca dentro de la arqueología castrexa por su excepcional conservación. Una larga escalera de piedra, flanqueada entre muros, asciende la ladera hasta la puerta que franquea el paso al interior del poblado. Todo un complejo diseño arquitectónico pensado para que quien entrase tuviese que atravesar este pasadizo y no pudiese ver el interior del poblado. El sistema de acceso al castro tiene así un importante componente escénico y ejerce un control físico sobre las personas que acceden al poblado. La muralla y la puerta son un símbolo de poder. Son la principal expresión de la comunidad que habita el castro y el modo en que se presentan hacia el exterior, hacia los otros castros.

La importancia de los trabajos realizados en la puerta radica en que, por primera vez, el visitante dispone de una imagen muy aproximada de cómo era el acceso a los castros durante la Edad del Hierro.

La actuación fue llevada a cabo por la empresa Terra Arqueos bajo la dirección de Miguel Ángel López Marcos, restaurador con amplia experiencia en este tipo de actuaciones. Se enmarca en el proyecto Trega 2000+5, que se basa en la colaboración entre el grupo de investigación Estructura Social y Territorio – Arqueología del Paisaje (EST-AP) del Instituto de Historia del CSIC y el Concello de A Guarda, y tiene como objetivo desarrollar el potencial patrimonial, social, cultural y científico del castro del Trega a través de una actuación integral.

Este proyecto se desarrolla en torno a tres ejes: recuperar y consolidar los sectores del castro excavados entre 1910 y 1930; mantener de forma sostenida en el tiempo el conjunto de las estructuras excavadas y expuestas al público; e investigar y profundizar en conocimiento arqueológico del Trega con la finalidad de crear nuevos contenidos destinados a la divulgación y al incremento de la valorización del patrimonio.

Promovido por el Concello de A Guarda, ha contado con el respaldo financiero del Padroado do Monte Trega y la colaboración de las Comunidades de Montes da Guarda y Camposancos. Esta primera campaña dispone de una financiación de 23.691 € aportada exclusivamente por el Padroado.

“Esta actuación contribuirá a la valorización patrimonial del castro de Santa Trega como parte de una estrategia que apuesta por potenciar su valor como recurso cultural y turístico, y también por su relevancia científica en el estudio de las sociedades de los castros”, destacan desde el Concello de A Guarda.
(Fuente: CSIC)

10 de enero de 2023

Hallan nuevos restos humanos de las guerras cántabras en Suarías

Los arqueólogos amplían la cronología del yacimiento de Suarías, con al menos ocho cuerpos, armas y una ingente cantidad de animales
A la izquierda, una de las piezas de bronce del cinturón localizado en Suarías y, a la derecha, su hebilla.

La cueva de La Cerrosa-Lagaña, un conducto de unos sesenta metros situado en Suarías (Peñamellera Baja), sigue hablando de la Edad del Hierro en Asturias, ofreciendo el excepcional testimonio de un «espacio único», en palabras de Alfonso Fanjul Peraza, al frente de la intervención arqueológica realizada en la sima junto con Susana de Luis Mariño.

Liderando un equipo multidisciplinar compuesto por investigadores del CSIC y de las Universidades de Oviedo, Santiago y la Complutense, su última campaña ha sacado a la luz nuevos restos humanos (parte del cuerpo de una mujer adulta), además de «una pieza clave del que posiblemente sea el cinturón romano mejor conservado de España», cuyos primeros elementos fueron localizados en 2020.

Aquel año, de la sima de Suarías salieron cuatro placas de bronce decoradas que irían remachadas en ese cinturón y que se asemejan a las recuperadas en los campamentos romanos de la línea de circunvalación de Numancia. Pues bien: ahora los arqueólogos creen que de esta nueva pieza, su hebilla, «se suspendería la vaina de un puñal que también fue localizada entonces».

Junto a ella, acaban de aparecer recipientes cerámicos que se suman a los hallados hace dos años, aunque el material arqueológico más abundante del yacimiento es, de largo, el correspondiente a la fauna, con «una ingente cantidad de animales de toda la cabaña ganadera, además de otros salvajes como el corzo o incluso el oso, allí depositados».

Desde que el equipo comenzase a excavar en La Cerrosa, sus trabajos han revelado el uso del espacio como «un lugar probablemente ritual de la Primera Edad del Hierro (al localizar dos cráneos de mujeres jóvenes) y del final de la Segunda Edad del Hierro, al encontrar otros restos humanos y una panoplia militar única en el Cantábrico». Armas como cuatro lanzas vinculadas al ámbito indígena prerromano o al militar romano, de manera que la principal hipótesis es que estarían relacionadas con las guerras cántabras. Y, junto a dos camas de freno de caballo idénticas, hallaron también varias piezas vinculadas con el adorno y cuidado personal, como una excepcional fíbula de bronce en omega y una navaja, posiblemente de afeitar, además de otras asociadas al sacrificio, como un cuchillo de hoja larga y estrecha.

Una «extraordinaria riqueza arqueológica» de la que aún quedan muchos misterios por desentrañar, aunque las nuevas dataciones del carbono 14 han ampliado ya tanto la cronología del yacimiento (ahora sabemos que fue utilizado para depositar cuerpos desde el Neolítico final a la tardorromanidad) como el número de individuos (contando un mínimo de ocho, de distintas edades, al incluir restos de un bebé, niños, adolescentes y adultos).


Espacio ritual
Así que la idea con la que trabajan Alfonso Fanjul y los suyos es que estamos ante «un lugar utilizado a lo largo de milenios como un espacio, seguramente, límite entre lo terrenal y lo espiritual» y en el que «los cuerpos fueron depositados por distintos motivos según la época, ya que la concepción del espacio subterráneo fue cambiando a lo largo del tiempo».

Con respecto a su uso durante la Segunda Edad del Hierro, el equipo investigador piensa que «seguramente estuvo relacionado con las guerra cántabras, un momento de crisis en el que la población volvió a realizar rituales en las cuevas y en el que se solían elegir espacios subterráneos ya utilizados en el pasado. Puede que se tratase de un depósito ritual, un enterramiento con ajuar o un sacrificio humano. Solo futuros estudios nos lo dirán».

27 de septiembre de 2022

El yacimiento de Higueruela (Albacete) alcanza una dimensión internacional

La Diputación de Albacete incrementa la cuantía del convenio para el proyecto que dirigen José Luis Simón García, del Instituto de Estudios Albacetenses-IEA-"Don Juan Manuel", Pedro Jiménez Castillo, del CSIC-Escuela de Estudios Árabes, y José María Moreno Narganes, de la Universidad de Alicante.
Visita del presidente de la Diputación de Albacete, Santiago Cabañero, al yacimiento de Higueruela.

Si la campaña de trabajo del año pasado en las excavaciones arqueológicas de la Alquería de La Graja, en la localidad albaceteña de Higueruela, deparó el gran descubrimiento de la primera mezquita rural de Castilla-La Mancha, este 2022 se ha centrado en la definición del espacio completo que ocupaba dicho hallazgo.

Así, se ha conseguido excavar una habitación colindante, cuya función todavía tratan de determinar. Además, según han informado desde la Diputación provincial, han conseguido encontrar la cantera de la que extraían las piedras que servían para la construcción de algunos edificios de la aldea.

Por otra parte, las labores en la casa número 15 están permitiendo avanzar en el conocimiento del urbanismo de la alquería y el uso de los espacios en las casas, completando datos sobre la arquitectura del lugar. De hecho, junto a la casa en la que ya se trabajó anteriormente, hay más de 1.000 metros cuadrados de excavación abierta.

Se dedicaban a la agricultura y la ganadería
Según han podido averiguar, en La Graja, hacia el año mil de nuestra era, vivió un grupo de personas dedicadas a la ganadería y al cultivo de cereales. La aparición este año de un almacén para el grano y un nuevo silo, están ayudando a confirmar la economía de esta sociedad, con fuertes lazos familiares y con una práctica religiosa muy importante, como atestigua la mezquita.

Tocaban música
Este año también se ha encontrado el fragmento de un yembé o tambor, indicando que de las manos de aquellos humildes ganaderos y agricultores, la música también sonó en este paraje de Higueruela. Mientras tanto, las incógnitas crecen con cada excavación. La Graja aún tiene mucho que decir sobre aquel tiempo conflictivo y de frontera llamado Edad Media.

Por ello, el proyecto ha alcanzado una dimensión internacional que, «sin lugar a dudas, nos enorgullece y se confirma como un enorme factor de atracción de riqueza y promoción a la zona«, como ha destacado el presidente de la institución provincial, Santiago Cabañero.

La Diputación aumenta su inversión
Cabañero también ha reiterado el compromiso de la Diputación, que apostó por esta investigación a través de la colaboración directa, con un convenio con el Ayuntamiento de la localidad que, de cara a este 2022, ha crecido un 50%, alcanzando los 15.000 euros.

«Tenemos el convencimiento absoluto de que cualquier inversión que hagamos en recuperar nuestro patrimonio y nuestra historia, revierte multiplicada en el territorio en forma de turismo, de generación de empleo, de dinamismo, de riqueza y también de marca», ha asegurado.

6 de septiembre de 2022

Inician las excavaciones en el campamento romano de Trobajo (León)

El objetivo de esta investigación es determinar la importancia de los asentamientos militares de entrenamiento en lo que son ahora nueve parcelas situadas junto al cementerio de Trobajo del Camino
Comienzan las excavaciones en San Andrés del Rabanedo.

Un total de nueve parcelas situadas en las inmediaciones del cementerio de Trobajo del Camino van a ser el escenario de unas relevantes excavaciones para determinar la importancia de los restos de origen romano hallados en la zona. Se trata de una investigación liderada por los arqueólogos Ángel Morillo y César Heras que ya cuentan con todos los permisos de la Junta de Castilla y León para que los trabajos se inicien este lunes, 5 de septiembre.

El objeto de esta actuación es realizar intervenciones arqueológicas en el conjunto de recintos castrenses romanos de Trobajo, en el que se intenta dilucidar la importancia de los campamentos de la Legio VI y Legio VII, tal y como se señala en el informe 'El conjunto de campamentos romanos para prácticas de Trobajo del Camino (San Andrés de Rabanedo) y Oteruelo de la Valdoncina (León)', publicado en la revista Gladius bajo la autoría de Ángel Morillo, Brais X. Currás, Almudena Orejas y Agostino Nobilini.

Sondeos arqueológicos
Precisamente con estas excavaciones se pretende confirmar sobre el terreno el estudio realizado por estos arqueólogos durante más de diez años, en el que se especifica que existen al menos 18 recintos de este tipo.

La actuación consiste en varios sondeos arqueológicos que se materializarán en dos o tres trincheras de 10 metros de alto por 1,5 metros de anchura realizadas con retroexcavadora, cortando los fosos de varios de los recintos, para posteriormente sellar estas prospecciones y devolver el terreno al estado precedente. La siguiente intervención consistirá en realizar más tareas de investigación con georradar.

Podría ser el mayor descubrimiento sobre Hispania
Estos trabajos se desarrollarán durante los días 5 y 6 de septiembre con la presencia de investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) sobre un campamento que podría ser el mayor descubierto hasta la fecha en Hispania, en donde se entrenaban los soldados antes de las intervenciones militares.
(Fuente: León Noticias)

2 de septiembre de 2022

Documentan un granero del siglo XII en la fortaleza de Isso, en Hellín (Albacete)

Los trabajos de investigación que lleva a cabo un equipo de la Escuela de Estudios Árabes del CSIC, cuentan con la financiación del Ayuntamiento de Hellín y de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha
Imagen del exterior de la fortaleza de Isso - Foto: G. González

Concluida la tercera campaña de excavación y estudio de la Fortaleza de Isso, por parte de arqueólogos y técnicos de la Escuela de Estudios Árabes (EEA) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), encabezados por Julio Navarro, se ha documentado la existencia de «un granero estatal construido sobre una llanura, un tipo de edificación único en la época árabe de la que data su origen, la primera mitad del siglo XII». 

En las conclusiones de la campaña de actuación, llevada a cabo con el patrocinio de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, el Ayuntamiento de Hellín y la propia EEA, también se ha identificado «parte de una de las torres, que es hexagonal, lo que demuestra el poder de quienes la construyeron».

Dos fases constructivas
La fortaleza andalusí «tiene al menos dos grandes fases constructivas, y fue reestructurada tras la conquista cristiana, descartando por completo que la fortaleza fundacional sea de época cristiana, por lo que no es un castillo feudal edificado por algún señor castellano o por alguna orden militar, ya que la estratigrafía que se le vincula es andalusí». Según Julio Navarro, «todo parece indicar que es un edificio de la primera mitad del siglo XII, y que no lo funda una comunidad campesina sino el propio estado para crear una imagen de poder en el paisaje. Todos los datos apuntan a un gran descubrimiento: se trata de un granero en llano, en un territorio durante la época almorávide o inicio de las segundas taifas con Ibn Mardanis (El rey Lobo) con la capital en Murcia. Así que nos hemos centrado en investigar la batería de silos anexa a la muralla y una segunda línea dejando un espacio central abierto». 

La adscripción cronológica revelada este año «no excluye que, tras la conquista cristiana de mediados del siglo XIII no se hicieran importantes reformas, como la puerta mudéjar descubierta en la campaña de 2021. La regularidad de la planta de la fortaleza, la presencia en sus esquinas de torres hexagonales y la buena calidad del edificio, permiten afirmar que se trata de una fortaleza estatal y, por consiguiente, que no fue diseñada por las comunidades campesinas para su autodefensa». 

Y es que, según el arqueólogo de la Escuela de Estudios Árabes, «su anómala ubicación en el llano podría explicarse por su función como depósito de productos agrícolas como el grano, lo que no excluye que tuviera otros usos de carácter defensivo y estratégico. La coyuntura política del periodo al que, de manera general, podemos atribuir la fortaleza, favorece las interpretaciones a las que hemos llegado esta campaña». 

El equipo de Julio Navarro cree «que la fortaleza se fundó en época almorávide, aunque no se puede excluir que se edificara por orden de Ibn Mardanis, por lo que será preciso reunir más datos y continuar procesando la información para determinar con mayor exactitud su adscripción histórica».

18 de octubre de 2019

Documentan dos dólmenes a 2.100 metros en el Pirineo Aragonés

Un equipo de arqueólogos liderado por el Instituto de Ciencias del Patrimonio (CSIC, Santiago de Compostela), ha concluido el trabajo de investigación iniciado este verano en el Parque Natural de los Valles Occidentales con el hallazgo de dos dólmenes situados a más de 2.100 metros de altitud, probablemente los situados a mayor altura en todo el Pirineo aragonés.
La investigación dirigida por Jorge Canosa contribuirá a que estos y otros 50 monumentos prehistóricos conocidos previamente pasen a ser incluidos en el inventario del Gobierno de Aragón, convirtiendo al parque natural en una de las zonas del Pirineo con mayor densidad de sitios arqueológicos documentados. El equipo de trabajo ha estado integrado además de por arqueólogos del CSIC por personal de la Universidad Pompeu Fabra (Cataluña) y de la Universidad de Leicester (Reino Unido).

Los trabajos de localización e inventariado se enmarcan un proyecto de investigación sobre los primeros pastores del Pirineo y su forma de ocupar y entender los espacios de alta montaña. El proyecto forma parte del trabajo de tesis doctoral de Jorge Canosa, dirigida por Felipe Criado y Pastor Fábrega.

“Los dos dólmenes identificados durante la prospección arqueológica se encuentran junto al puerto Bernera (Aragüés del Puerto) y de camino al puerto de Aísa, a 2.120 metros y 2.117 metros de altitud respectivamente. Están formados por un túmulo circular de unos 15 metros de diámetro a base de rocas calizas grises y una cámara
sencilla de grandes losas anaranjadas. La estructura de ambos está completamente desmoronada y ninguna de las losas sigue en pie, pero, pese a todo, no hay signos evidentes de saqueo, por lo que no se puede descartar la posibilidad de que todavía se conserven restos humanos y de ajuar en su interior”, explica Jorge Canosa.

Junto a estos hallazgos, se han reconocido otros 50 monumentos prehistóricos que no estaban incluidos en el inventario oficial del Gobierno de Aragón, la mayoría de ellos dólmenes, pero también se han encontrado menhires, cistas y círculos de piedras. “La gran tradición montañera en la zona ha permitido que durante las últimas décadas se hayan encontrado numerosos monumentos nuevos, pero el conocimiento de estos se había limitado al boca a boca y ahora, tras la prospección, todos estos monumentos pasarán a tener reconocimiento y protección legal”, destaca el arqueólogo.

PASTOS PARA EL GANADO
Los pastos de la montaña pirenaica fueron aprovechados por los rebaños de los grupos humanos neolíticos que levantaron estos dólmenes para enterrar a sus difuntos. Pero los lugares donde ubicaron las sepulturas no fue casual. Como ahora, la dureza del clima de alta montaña impedía pastar a los rebaños durante los meses fríos, por lo que la presencia de estos grupos humanos era solo temporal. A falta de fronteras, reglamentos y límites municipales, una forma de reclamar el derecho a explotar los mismos pastos al año siguiente era demostrando con estas tumbas que tus parientes habían estado allí con anterioridad, por lo que la localización de los dólmenes es estratégica.

Las investigaciones llevadas a cabo este verano por el CSIC muestran cómo estos monumentos megalíticos se distribuyen a lo largo de las fronteras de los diferentes valles, situados muchos de ellos en caminos de acceso a collados o en los propios puertos de montaña, algunos formando parte, incluso, de fronteras administrativas actuales. En los próximos años, los trabajos se orientarán a deducir la utilidad de estos monumentos más allá su función funeraria y por qué fueron construidos allí.

Los hallazgos se suman al recientemente encontrado A casi 1.900 metros de altitud, en la Peña del Mediodía, en un lugar próximo al ibón de la Basa de la Mora, en el Bal de Chistau.

24 de mayo de 2019

Descubren una sepultura de la Edad del Bronce a orillas del Sil

Las pruebas de carbono 14 datarán la edad de los huesos, soterrados en un nivel inferior al medieval en donde se ubicó un antiguo monasterio medieval desaparecido. Por la colocación y contexto, los arqueólogos apuntan a que podrían ser de la Edad del Bronce y los restos humanos más antiguos encontrados en Galicia. 
Los restos óseos se encontraron "por debajo de los niveles medievales del siglo XII y una oquedad en la propia roca señalaba el enterramiento.
Un equipo de arqueólogos que buscaban un primitivo monasterio medieval acaban de encontrar algo muy diferente a su objetivo, pero de importancia crucial: han localizado restos humanos que podrían constituir solo la primera página de una historia por descubrir en la Ribeira Sacra. Un cráneo, una vértebra y dos huesos de gran dimensión (probablemente fémures) podrían ser el último vestigio de un enterramiento posterior a un ritual, según aseguraron los promotores de la excavación y de época prehistórica. Los restos humanos se sitúan en la localidad lucense de A Pobra de Brollón, limítrofe con O Courel.

Los investigadores que trabajan en la excavación de Os Conventos, en medio de los bancales de los viñedos de la Ribeira Sacra, sospechan que esos restos humanos sean de origen prehistórico. El hallazgo aconteció hacia el final de la campaña de excavación pero es de gran importancia por la casi nula existencia de restos óseos humanos prehistóricos en Galicia -la acidez del suelo pulveriza los huesos, haciendo que sea prácticamente imposible encontrar restos humanos antiguos -.

Un equipo dirigido por el arqueólogo Xurxo Ayán y con la participación del Incipit-CSIC acaba de finalizar la excavación para investigar el lugar llamado Os Conventos, en Val do Frade, Vilachá (A Pobra do Brollón). Hacia el final de la campaña, les esperaba esa sorpresa: un cráneo, una vértebra y dos fémures que por su colocación y contexto arqueológico parecen estar enterrados en una cista prehistórica. Los restos serán llevados al laboratorio "Beta", en EEUU, para su datación con Carbono 14.

Además del C14 se aplicarán otro tipo de pruebas que podrán dar información sobre la dieta o incluso ADN. La excavación en Os Conventos se enmarca en la iniciativa "Adegas da Memoria", un proyecto etnoarqueológico que busca dinamizar la parroquia en la que han aparecido los restos y que es promovida por la Asociación de vecinos de Vilachá y el Concello de A Pobra do Brollón, con la colaboración del Incipit-CSIC.

La excavación tenía por objetivo la búsqueda del monasterio de San Martiño de Piñeira, un monasterio medieval desaparecido del que existe documentación y que la tradición oral de los vecinos de Vilachá situaba en ese lugar de Os Conventos. "Los vecinos hablaban de ese monasterio e hicimos una intervención arqueológica para constatar que entre los muros había ese eremitorio medieval, del que se desconocía la ubicación exacta", añade el coordinador del proyecto Xosé Gago, que explica que los restos óseos se encontraron "por debajo de los niveles medievales del siglo XII". "Había una oquedad excavada en la propia roca y estaba señalado el enterramiento", añade.

CERÁMICA Y MONEDA
Durante la excavación se constató una ocupación medieval del lugar con muestras de cerámica de los siglos XII o XIII y una moneda del reinado de Alfonso X. Por debajo de los niveles medievales, excavado directamente en la roca apareció ese hueco con los restos humanos; un depósito funerario que indica un tratamiento ritual posterior del cadáver. "Con este nuevo hallazgo, superamos con creces el objetivo principal de Adegas da Memoria, que es hacer el primero gran estudio sobre los orígenes y evolución del paisaje de la Ribeira Sacra por mano de las personas," declara el investigador de la Universidad Nueva de Lisboa y director de la intervención, Xurxo Ayán.

Actualmente, la Cueva de Valdavara, en Becerreá (Lugo) concentra los que se postulan como los fósiles humanos más antiguos: un diente datado hace 17.000 años y perteneciente a un niño de 10 años y, previamente, estarían otros restos hallados en una cueva de O Courel.

13 de noviembre de 2018

El yacimiento tartésico del Turuñuelo gana la primera edición del "Premio Palarq"

El proyecto "Construyendo Tartesos", en el que se incluyen las excavaciones del yacimiento del Turuñuelo de Gaureña, ha ganado la primera edición del Premio Nacional de Arqueología y Paleontología de la Fundación Palarq. Este premio ha sido fallado en Barcelona y tiene una dotación de 80.000 euros.
EL edificio protohistórico es el mejor conservado del Mediterráneo Occidental.
El trabajo de excavaciones está liderado por el arqueólogo Sebastián Celestino Pérez, del CSIC, y ha sido escogido por unanimidad. El objetivo del galardón es estimular el estudio y las excavaciones sobre una cultura mítica como la tartésica.

El presidente de la Fundación Palarq, el empresario y filántropo Antonio Gallardo Ballart, ha explicado que "el proyecto ganador ilumina el mito de Tartesos trasladándolo a la realidad, acercando a la sociedad los resultados de una investigación arqueológica puntera".

Tiene como objetivo el estudio arquitectónico de las construcciones de época tartésica (siglo VIII-IV aC) y en este marco se insertan las excavaciones del yacimiento de Casas del Turuñuelo, en el valle del Guadiana. Hasta la fecha es el edificio protohistórico mejor conservado del Mediterráneo occidental, pues subsisten sus dos plantas, lo que lo convierte en un caso de estudio excepcional, informa la Agencia Efe.

A pesar de que tan solo se ha intervenido durante cuatro años, el yacimiento ha tenido ya una enorme repercusión dadas las novedosas técnicas constructivas utilizadas en su edificación, entre las que destaca el empleo por primera vez en la península del mortero de cal para la fabricación de los sillares con los que se levantó la escalinata monumental que conecta el piso superior con el patio.


SACRIFICIO DE ANIMALES
Se ha identificado un gran sacrificio de animales (hecatombe), entre los que destacan especialmente los 52 caballos en posición anatómica, es decir, con las partes del cuerpo donde corresponde, siendo la primera documentación de este tipo de ritual en todo el Mediterráneo.

La espectacularidad del yacimiento viene dada también por "el estado de conservación extraordinario de las estructuras de adobe y de material orgánico como madera, que ha llegado hasta hoy como si fuera un yacimiento submarino", ha explicado el portavoz del jurado, el director general de la Fundación Aga Khan, Lluís Monreal.

Esta investigación "pondrá la cultura de Tartesos sobre el mapa, ayudando a determinar la importancia y la extensión de una cultura que fue una entidad política plural, interrelacionada con todo el Mediterráneo".


PROYECTOS FINALISTAS
"Construyendo Tartesos" se ha impuesto a otros cinco proyectos finalistas de un total de 25 candidaturas presentadas en las últimas deliberaciones del jurado.

Dos de estos cinco finalistas eran trabajos arqueológicos en el extranjero: uno en Oldubai (Tanzania), liderado por Manuel Domínguez Rodríguez, de la Complutense; y otro en el Kurdistán iraquí sobre los orígenes de la agricultura y la ganadería en el Próximo Oriente, liderado por el arqueólogo Miquel Molist, de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).

Los otros tres finalistas eran: proyecto de paleobiología y evolución de El Sidrón con vestigios de neandertales, dirigido por Antonio Rosas González (Museo Nacional de Ciencias Naturales); investigación sobre la cultura argárica, dirigido por Vicent Lull, Rafael Micó y Cristina Rihuete (UAB); y el proyecto "Ilit Auro" que coordina Juan Pedro Bellón, de la Universidad de Jaén, para una metodología de estudio de campos de batalla y asedio en la II Guerra Púnica.

El premio, de carácter bienal, se entregará el próximo día 26 de noviembre en el Museo Nacional de Arqueología de Madrid y se suma desde este año a las ayudas a misiones arqueológicas y paleontológicas españolas que la Fundación Palarq concede desde hace tres años, 23 en 2016, 32 en 2017 y 44 en 2018.

El jurado internacional del premio estaba formado por Yves Coppens, uno de los descubridores de la australopithecus Lucy en 1974; el arqueólogo británico Andrew Selkirk; Lluís Monreal; el arqueólogo barcelonés Josep Guitart, presidente del proyecto internacional Tabula Imperio Romano-Forma Orbis Romani; el director del MNAC, Pepe Serra; y el periodista Jacinto Antón.

(Fuente: El Diario)

5 de septiembre de 2018

Subvención directa de 120.000 euros para la cubierta del yacimiento tartésico de Guareña (Badajoz)

Tendrá 800 metros cuadrados y permitirá la visibilidad de los restos arqueológicos al tiempo que que preservará la zona excavada de las inclemencias meteorológicas. El edificio monumental tartésico que alberga es fundamental para conocer el origen y desarrollo de la cultura occidental.
Foto de archivo de la excavación en Casas del Turuñuelo. 
El Consejo de Gobierno de la Junta de Extremadura ha aprobado este martes un decreto por el que se regula la concesión directa de una subvención a la Agencia Estatal "Consejo Superior de Investigaciones Científicas" (CSIC), por importe de 120.300 euros, para la construcción de una cubierta en el yacimiento arqueológico de Casas del Turuñuelo, en el término municipal de Guareña.

En concreto, el destinatario de la subvención será el Instituto de Arqueología de Mérida, centro adscrito al CSIC y encargado de llevar a cabo, en el mencionado yacimiento, el proyecto "Construyendo Tarteso. Análisis constructivo, espacial y territorial de un modelo arquitectónico en el Valle Medio del Guadiana".

El complejo arqueológico de Casas del Turuñuelo se ha convertido en uno de los yacimientos más importantes del Mediterráneo occidental, tal y como informa la Junta en una nota de prensa.

EDIFICIO TARTÉSICO
Y es que su excelente estado de conservación, con alzados de adobe enlucidos de diferentes colores y de más de 5 metros de altura; la escalinata monumental realizada con sillares, hasta ahora inédita en esta época; la riqueza de sus materiales arqueológicos; y el hallazgo de la primera hecatombe donde se han encontrado, entre otros animales, 26 caballos sacrificados en conexión anatómica, hacen de este edificio de época tartésica un ejemplo excepcional que ha perdurado durante sus 2.500 años de historia.

Sin embargo, ninguno de los proyectos que financian la excavación del yacimiento incluye la cubierta del mismo, estructura necesaria para garantizar una continuidad en los trabajos de investigación sin que las condiciones climatológicas adversas lo impidan.

UNA CUBIERTA NECESARIA
En este sentido, es necesaria la construcción de una cubierta de 800 metros cuadrados realizada con materiales versátiles, resistentes y duraderos, y ampliable, que permita la visibilidad de los restos arqueológicos y preserve la zona excavada de las inclemencias del tiempo, tal y como informa la Junta en una nota de prensa.

Este yacimiento sitúa a Extremadura al frente de los estudios sobre la cultura tartésica y, en general, de la protohistoria peninsular.

Está reconocido por la comunidad científica como uno de los hallazgos más importantes para conocer el origen y desarrollo de la cultura occidental, y resulta un yacimiento de gran interés a nivel regional, nacional e internacional.

(Fuente: Región Digital)

28 de agosto de 2018

Las excavaciones sacan a la luz la finca de recreo del 'rey Lobo' en Monteagudo (Murcia)

La excavación está permitiendo recuperar los jardines, albercas y acequias y estructuras de la finca que disfrutaba el rey Lobo en el siglo XII, una de las épocas de mayor esplendor de Murcia
Visita de las autoridades al yacimiento murciano de Monteagudo. FOTO: AYUNTAMIENTO.
El alcalde de Murcia, José Ballesta, junto al concejal de Urbanismo, Medio Ambiente y Huerta, Antonio Navarro, y el edil de Pedanías, Participación y Descentralización, Marco Antonio Fernández, han visitado este lunes las excavaciones arqueológicas que se están desarrollando en la falda del Castillejo de Monteagudo, y que están sacando a la luz la 'almunia' o finca de recreo que disfrutaba el rey Lobo, Ibn Mardanish, en la Murcia del siglo XII. 

La excavación está permitiendo recuperar los jardines, albercas y acequias y estructuras de la finca que disfrutaba el rey Lobo en el siglo XII, una de las épocas de mayor esplendor de Murcia, en la que la ciudad fue una de las capitales más poderosas de Occidente, según han avanzado fuentes municipales. Los trabajos, que comenzaron el pasado 20 de agosto y se prolongarán a lo largo de los próximos dos meses, están siendo coordinados por el director de la Escuela de Estudios Árabes del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Julio Navarro Palazón, y afectan a una superficie de unas 3 hectáreas (unos tres campos de fútbol).

La finca de recreo constaba, además de huertos y cultivos, de un estanque o laguna artificial que servía para proporcionar agua al regadío y como lugar de recreo para embarcaciones, según apuntan los investigadores, quienes actualmente están tratando de localizar el embarcadero. 

EL ORIGEN DE LA HUERTA DE MURCIA
Además de la valiosa información que está arrojando la excavación -el análisis de este sistema hidráulico puede aportar datos de interés sobre la formación de la Huerta de Murcia-, el objetivo es consolidar y restituir los restos para hacer visitable este entorno y que se constituya en un recurso patrimonial de la ciudad de Murcia, añaden las mismas fuentes en comunicado de prensa. 

El rey Lobo, una de las figuras más destacadas de la escena política peninsular del siglo XII, mandó construir su 'almunia' (finca palatina de la élite) en la ladera del Castillejo, su palacio fortificado de retiro. Ibn Mardanish tenía fijada su residencia permanente en el Alcázar Seguir (actual Convento de Santa Clara). La intervención se está llevando a cabo en una parcela privada, colindante con el Camino de la Almazara y la Senda de Granada, con la autorización de sus propietarios, y con apoyo económico del Ayuntamiento de Murcia y la Junta Municipal de Monteagudo. Participan una decena de personas entre especialistas de la Escuela de Estudios Árabes y alumnos graduados y de estudios de Máster de las Universidades de Murcia y Granada. 

Este proyecto se enmarca en las actividades científicas del estudio 'Las Almunias del Occidente islámico: arquitectura, arqueología y fuentes documentales', cuyo investigador principal es el doctor Julio Navarro Palazón (EEA-CSIC), y cofinanciado por el Programa Estatal de Fomento de la Investigación Científica y Técnica de Excelencia del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, y fondos FEDER.
(Fuente: 20 Minutos)

29 de junio de 2017

Hallan restos de animales sacrificados en el templo tartésico del Turuñuelo (Badajoz)

El yacimiento tartésico del Turuñuelo de Guareña (Badajoz) sigue revelando espectaculares evidencias arqueológicas. El CSIC acaba de dar a conocer el hallazgo de los restos de un gran sacrificio de animales a los pies de la escalera monumental que lleva a la segunda planta del edificio. Además de los restos de 16 caballos, dos toros y un cerdo, se ha encontrado también un conjunto de objetos de bronce con todo lo necesario para celebrar un banquete ceremonial.
Todavía queda por descubrir más del 90% de la estructura del edificio monumental.
Un equipo de investigadores del Instituto de Arqueología de Mérida del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha hallado restos de 19 animales y un ajuar de bronce para la celebración de un banquete, que se utilizaron en un ritual de sacrificio a los dioses en el santuario tartésico de El Turuñuelo (Badajoz).

Los restos serían de un costoso ritual celebrado justo antes de la destrucción y abandono del templo en el siglo V a. C. En el sacrificio se han encontrado restos de 16 caballos, dos toros y un cerdo, un ajuar de bronce que incluía un caldero, jarros, una parrilla, pinchos para la carne, un quemaperfumes y coladores. Según el equipo del CSIC, se trata de una joya arqueológica que por sus «novedosas» técnicas arquitectónicas y por su estado de conservación, «sigue revelando secretos que muestran su pasado esplendor».

Los restos de los animales estaban junto a la escalinata del templo donde fueron sacrificados en un costoso ritual de clausura antes de la destrucción final del santuario. El CSIC señala que El Turuñuelo se ha convertido en un modelo para estudiar la cultura tartésica del interior, y aporta información muy valiosa sobre su organización social, sus mecanismos comerciales y sus rituales.

El director de la excavación y director del Instituto de Arqueología de Mérida, Sebastián Celestino, y la investigadora Esther Rodríguez, han precisado que el sacrificio consistió en una gran ofrenda a los diosesantes de abandonar definitivamente el lugar. Además, han añadido que el sacrificio animal da idea de la enorme riqueza del sitio, puesto que el caballo era un elemento de prestigio. Asimismo, además de los animales hallados hasta ahora, han aparecido ánforas y cestos con cereales y otros elementos de gran valor, lo que da idea de la importancia de ese sacrificio final, previo a la destrucción del monumento y su posterior amortización.

Celestino ha destacado que «quizá lo más llamativo» sea la existencia de un ajuar completo para la celebración de un banquete de comensalidad en la habitación sur. Así, ha dicho que se trata de un conjunto de muy buena calidad entre los que destaca un enorme caldero, dos jarros, una parrilla, varios pinchos para la carne, un quemaperfumes, coladores... Todos realizados en bronce. Igualmente, se han hallado gran cantidad de platos y vasos pintados con bandas rojas y las copas de imitación griega y en el entrono de la habitación hay muchos huesos y conchas «resultado del festín final».


CONSERVACIÓN DEL TEMPLO
Los investigadores estiman que el propio ritual final contribuyó a la buena conservación del templo. No obstante, el santuario fue incendiado una vez realizados los rituales de clausura, tras el sacrificio de animales y el banquete final y fue, precisamente, el propio incendio el que solidificó las paredes de adobe, mientras que el rápido echado de tierra para sepultar el edificio propició la conservación de los materiales metálicos. Asimismo, señalan que la potente anchura de los muros de adobe, de hasta tres metros en algunos sitios, ha contribuido a su excelente estado de conservación.

Hasta ahora los investigadores solo han excavado un 10% de la superficie total del túmulo, aunque teniendo en cuenta que se conservan las dos plantas del edificio se debe rebajar «sensiblemente» esta cifra. Los investigadores subrayan que la aportación de la Diputación Provincial de Badajoz permite trabajar un par de meses al año, pero eso significa seis o siete meses de análisis y estudio antes de abordar una nueva campaña. Con ese ritmo, estiman que se podrá ver todo el edificio exento en aproximadamente una década.

Otra de las características del santuario de El Turuñuelo es que destaca por sus «novedosas técnicas constructivas» y lo más sorprendente es la utilización de un mortero de cal, arena y arcilla, para confeccionar los sillares cuadrangulares con los que construyeron buena parte de la escalinata que da acceso al monumento; con ese mismo mortero realizaron también la «bañera».

El uso de esta técnica de construcción ha sorprendido a los investigadores porque era desconocida en la Península hasta la llegad de los romanos. «Estos grandes edificios se organizaban junto al Guadiana y tenían una intensa relación comercial entre ellos; conocemos ya un poblado en altura rodeado de una potente muralla que haría de lugar central desde donde se organizaría el comercio hacia el exterior a través del río», añade Celestino.


RIQUEZA ARQUITECTÓNICA
El responsable de la excavación valora que El Turuñuelo ofrece una riqueza arquitectónica y material desconocida hasta el momento en esta fase final de Tarteso; y le llama «poderosamente» la atención los rituales que se llevaron a cabo, hasta ahora también inéditos y de gran complejidad; sobresale el sacrificio o hecatombe producida en el patio principal del monumento previo a su destrucción.

Este yacimiento se ha convertido en el «mejor» exponente para entender los últimos años de la cultura tartésica y Celestino señala aunque es pronto para saber qué papel jugaba el santuario dentro de la cultura tartésica, es probable que hubiese sido un lugar de peregrinación, puesto que «los santuarios en la antigüedad tenían como función principal el intercambio comercial, pero también era el lugar donde se celebraban rituales de cohesión social a través de la veneración a los dioses».

La cultura tartésica se origina hacia el siglo VIII a.C. en el Bajo Guadalquivir. Es la consecuencia del impacto que supuso la llegada de los colonizadores mediterráneos (principalmente fenicios) en los pueblos indígenas, que transformaron la base económica y social del sur peninsular. El resultado de ese encuentro es la conformación de una nueva cultura que denominamos Tarteso, explica Celestino. «A mediados del siglo VI a. C. el núcleo de Tarteso, ubicado en Huelva y la desembocadura del Guadalquivir, sufrió una fuerte crisis que logró minar su emergente cultura. Buena parte de la población se trasladó al valle del Guadiana, en el interior, donde volvió a resurgir con fuerza y con una renovada personalidad», añade.

17 de abril de 2017

La excavación en Turuñuelo descubre un edificio tartésico único en el Mediterráneo occidental

Investigadores del Instituto de Arqueología del CSIC hallan una escalinata monumental de hace 2.500 años en Turuñuelo de Guareña (Badajoz) que apunta a una insólita construcción de dos plantas
Escalinata monumental de época tartésica en Las Vegas del Guadiana (Badajoz). FOTO: SANTI BURGOS / EL PAÍS
Fuera de contexto, la imagen de unos escalones en mitad de un gran agujero que acompaña este texto podría no decir mucho. Sin embargo, su contexto —la excavación de un enorme edificio tartésico de hace 2.500 años en la comarca de Las Vegas del Guadiana, en Badajoz— los convierte en un descubrimiento extraordinario. Y no solo porque esa escalinata monumental de dos metros y medio de altura apuntan a una insólita edificación de dos plantas del siglo V a.C., la primera que se conserva de aquella época; sino porque están construidas con unas técnicas y unos materiales que se pensaba que no se habían utilizado en todo el Mediterráneo occidental hasta mucho tiempo después.

ESCALONES A MODO DE SILLARES
La mitad de los escalones están hechos a modo de sillares, es decir, colocando unos bloques rectangulares a continuación de otros y luego unos encima de otros. Pero no utilizan grandes piezas de piedra cortada, como se hacía en construcciones similares de la época en el Mediterráneo oriental (en Grecia, por ejemplo), sino una especie de mortero de cal y granito machacado, probablemente encofrado después (la mezcla se colocaba a fraguar entre tablas hasta que se secara). Algo así como un protocemento, solo que un siglo antes de que apareciera el primer material de este tipo documentado hasta ahora: el opus caementicium del Imperio Romano.

El yacimiento del Turuñuelo de Guareña, cuya excavación arrancó en 2015, ya había sorprendido a los investigadores por su tamaño (es el más grande localizado de aquella época, en torno a una hectárea), la riqueza de materiales encontrados y su extraordinario estado de conservación. Todo tipo de joyas, puntas de lanza, recipientes, semillas, restos de tejidos, parrillas de bronce o calderos enormes prometían desde el principio arrojar nueva luz sobre la cultura de Tartesos. Una civilización prerromana que ocupó el suroeste de la Península Ibérica en el primer milenio antes de Cristo sobre la que se ha levantado todo tipo de mitos y leyendas (sobre todo, en torno a su misteriosa decadencia y su abrupto final), debido, entre otras cosas, a la escasez de restos materiales. Una escasez que la excavación dirigida por los arqueólogos del CSIC Sebastián Celestino —que también es director del Instituto de Arqueología de Mérida— y Esther Rodríguez está compensando a marchas forzadas, y eso que apenas se ha desenterrado hasta el momento el 10% de la construcción.

ELEMENTO ARQUITECTÓNICO ÚNICO
“Una escalinata constituye un elemento arquitectónico único de algo, además, que no pensábamos que fueran capaces de ejecutar. Existen escaleras durante la protohistoria en la Península, pero ya en época posterior. De esta cronología como máximo había dos o tres escalones de piedras y adobe para salvar un desnivel”, explica Rodríguez. En este caso, son 10 escalones (al menos; todavía puede haber alguno más) de 2 metros de largo, 40 centímetros de anchura y 22 de altura. Los cinco superiores están cubiertos por lajas de pizarra y los inferiores son los que están hechos a modo de sillares cuadrangulares con mortero de granito machacado envuelto en cal.

“Lo más sorprendente ha sido su profundidad. Dos metros y medio significa que debajo hay otra planta, que estamos accediendo a una planta superior sobre-elevada”, completa Celestino. Se había especulado sobre la existencia de este tipo de edificaciones en época tartésica, a partir de textos de la Biblia, pero nunca se había encontrado ninguno. “Este edificio será el primero que conserva las dos plantas”, insiste.

3 de marzo de 2017

El Puente de Alcántara se levanta sobre otra construcción anterior

Un estudio del CSIC revela que una de las pilas del puente romano contiene restos reutilizados de un puente anterior por datar. El hallazgo ayuda a entender la importancia de esta zona de la Península relacionada con la explotación minera romana.
El puente de Alcántara está considerado como uno de los símbolos de la "romanización" de Hispania.FOTO: INGENIERÍA EN LA RED
El Puente romano de Alcántara, en Cáceres, que data de la época del emperador Trajano (siglo II d.C.), está construido sobre restos de un puente más antiguo (de fecha por determinar), según demuestra un estudio liderado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). El estudio, publicado en la revista Arqueología de la Arquitectura, abre nuevas vías de investigación para confirmar la importancia estratégica temprana de estos territorios y la necesidad de grandes infraestructuras públicas en una zona de la Península Ibérica relacionada con la explotación minera ya desde los inicios de la presencia romana.

“El Puente de Alcántara está considerado como uno de los símbolos de la “romanización” de Hispania y una de las obras maestras de la arquitectura de todo el mundo romano”, señala Antonio Pizzo, Científico Titular del CSIC en el Instituto de Arqueología-Mérida, que ha dirigido el estudio. “El hallazgo se ha producido en una de las pilas del puente, situada en la margen izquierda del río. Allí se ha evidenciado la presencia de parte de un puente anterior que permanece visible y fue reutilizado en la estructura de época de Trajano”, explica Pizzo. “Se trata de una evidencia muy clara que ha sido establecida por una amplia serie de indicios que confirman la idea de que el puente de Alcántara actual es un segundo proyecto y que hubo un intento de construir un puente en época anterior”, añade.


HIPÓTESIS
Este dato abre dos hipótesis. La primera apunta a que se trataría de un puente construido anteriormente que se derrumbó por alguna crecida del río. Esta es una hipótesis posible pero poco probable, según Pizzo, ya que los restos de material se podrían haber reutilizado en la fábrica actual. “La segunda hipótesis, y la más probable, -indica el investigador- sugiere que los restos hallados pertenecerían a un proyecto fallido que empezó ejecutándose y se suspendió por causas que desconocemos y que podrían relacionarse con la utilización de un modelo arquitectónico poco adecuado para las circunstancias geográficas del entorno.”

En el trabajo se ha efectuado un análisis del monumento centrado en reconstruir la historia del puente desde su edificación hasta la actualidad. Se han planteado diversas hipótesis sobre las restauraciones sufridas, a pesar de que algunas de ellas se hayan perdido en la gran reforma del monumento a mediados del siglo XIX, explica Pizzo.

IMPORTANCIA ESTRATÉGICA  Y CULTURAL
El Puente de Alcántara es un foco de atención de gran interés debido a la solicitud de declaración de este conjunto como Patrimonio de la Humanidad. “Los resultados de la investigación podrían ser parte importante de esta propuesta, ya que atribuyen a esta zona de la península una importancia estratégica en una época anterior a la construcción del puente conservado en la actualidad”, indica el investigador.

“Este espectacular edificio se ha interpretado tradicionalmente como una construcción de época de Trajano, por la presencia de una inscripción relacionada con este emperador y otras inscripciones relativas a pueblos locales que habrían financiado esta obra de ingeniería colosal. Esta interpretación sigue siendo válida.” Pizzo ha dirigido el estudio sobre el Puente de Alcántara dentro del proyecto de investigación La arquitectura romana de la Lusitania. Producción y economía de los procesos de perduración, trasformación e innovación técnica. Su objetivo es una nueva lectura de la arquitectura romana basada en los aspectos constructivos, tecnológicos y de gestión de los grandes complejos monumentales de la Lusitania romana.