google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: Lérida
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2 de noviembre de 2022

Reconstruyen un horno de hierro de la época romana en el Pirineo catalán

De este periodo se han documentado una veintena de hornos de reducción del mineral de hierro fechados entre el siglo III y medios del siglo VI. Si bien este yacimiento había sido documentado por un equipo de investigación de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) entre los años 2003 y 2004, hasta este verano no se había hecho ninguna excavación. El arqueólogo Òscar Augé ha excavado un horno de reducción y lo ha reproducido a escala 1:1 en el bosque de Virós (Lérida).
Los restos de la estructura del horno de reducción de hierro ya excavado, y un posible segundo horno en segundo término, en el municipio de Alins. FOTO: CEDIDA

La Vall Ferrera (Lérida), como su nombre indica, está íntimamente relacionada con la explotación y la producción de hierro. La actividad siderúrgica en el valle se remonta a los últimos siglos del Imperio romano. De este periodo se han documentado una veintena de hornos de reducción del mineral de hierro fechados entre el siglo III y medios del siglo VI. Ahora, el arqueólogo Òscar Augé, por encargo del Parque Natural del Alt Pirineu, ha excavado un horno de reducción y lo ha reproducido a escala 1:1 en el bosque de Virós. El buen estado de conservación, las grandes dimensiones y la posibilidad de más hornos cercanos ha sorprendido Augé y hacen de este yacimiento un caso único en el país dado que no hay referentes similares tan grandes en una zona de producción de hierro no asociada a un poblado.

Si bien este yacimiento había sido documentado por un equipo de investigación de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) entre los años 2003 y 2004, hasta este verano no se había hecho ninguna excavación.

Han sido los arqueólogos Òscar Augé y Jose Miguel Gallego los encargados de la intervención arqueológica y documentar los restos de uno de estos hornos. Se trata de la cubeta, donde se depositaba el hierro al final del proceso, y que estaba excavada directamente en el terreno natural, y un pequeño muro de piedra que la rodeaba, encima del cual se levantaría la chimenea del horno y que era por donde se cargaba el mineral y el carbón vegetal, y permitía alcanzar la temperatura adecuada por el proceso de reducción, que oscilaba entre 900 y 1300 °C.

Augè ha explicado que aunque habrá que corroborarlo en próximas campañas, intuyen dos hornos más a pocos metros del área excavada este verano. A pocos metros de la zona donde se ha excavado el horno de reducción también se intuyen cabañas. Se podría tratar de lugares donde vivía la gente que trabajaba el hierro. De confirmarlo se trataría de un yacimiento de «cierta entidad» dado que contaría con la zona de trabajo y la zona de vivienda en medio de la montaña (unos 1.700 metros). Los arqueólogos creen que debió ser una actividad estacional, que sólo se podría hacer, seguramente, durante los meses de primavera y verano.

Los restos de estos antiguos talleres de reducción tienen una especial relevancia desde un punto de vista arqueológico ya que en la época antigua en el nordeste peninsular, hay un vacío de conocimiento sobre esta actividad fuera de contextos de hábitat. El arqueólogo Augè ha explicado que «no hay referentes similares» en Catalunya con una concentración tan grande de zonas de producción no asociados a una población. No obstante, ha asegurado que hay «gran similitud» con otros yacimientos análogos, localizados en este caso en territorios próximos del Pirineo francés, como lo que durante la década de los años 1990 se excavó en Lercoul, a la vecina valle francesa de Vic de Sòs, en el Arieja, con cronologías también del siglo III d.C.

En el momento del descubrimiento, hace unos veinte años, de estos enclaves arqueológicos, definidos por pequeños montículos dentro del bosque, de formas y dimensiones variables entre los 100-300 m², cubiertos de vegetación arbustiva, y formados por escorias de hierro, gran cantidad de carbones y fragmentos de arcilla cocida de la pared de los hornos, se practicaron pequeños sondeos en algunos de ellos para obtener muestras para fechar mediante la técnica del Carbono 14, hecho que permitió situarles entre los siglos III/IV y VI/VII d.C. No obstante, en estos vertederos hasta ahora no se había realizado nunca ninguna excavación que permitiera localizar los hornos que los generaron, saber cómo eran, y cuántos podía haber en cada uno de ellos.

Ahora, a falta de los resultados de las analíticas que tienen que confirmar las dataciones concretas del horno, se espera confirmar en próximas campañas arqueológicas la presencia de más hornos de reducción en la zona y la zona de viviendas. El propósito final, una vez finalizadas las diferentes intervenciones arqueológicas, es poder consolidar los vestigios con el fin de hacerlos visitables, y que a la gente que pasee por el sendero señalizado de la Costa de las Minas puedan verles.

La Vall Ferrera tiene un gran patrimonio siderúrgico, concentrado muy especialmente en el bosque de Virós, que abarca unas 2.000 hectáreas de alto valor paisajístico y natural. Ahora toda la zona se podría definir también como un enorme yacimiento arqueológico con restos de varias épocas relacionadas con la explotación y aprovechamiento del hierro.

21 de noviembre de 2014

Aparecen restos de una necrópolis medieval en Llessui (Lérida)

Una máquina excavadora ha dejado al descubierto una decena de tumbas de los siglos XI al XVI mientras trabajaba en las obras de urbanización de una calle del pueblo pirenaico.
Las obras de urbanización de una calle de Llessui (Lleida) han dejado al descubierto los restos de una necrópolis. Los trabajos de una máquina excavadora se han topado con una decena de tumbas. Las estructuras funerarias –fosa excavada en el suelo y revestida de losas– pueden remontarse desde el siglo XI hasta el siglo XVI. Ahora, las obras están paralizadas a la espera de que empiece una excavación arqueológica con el objetivo de documentar y fechar las tumbas y conservar algunos restos si se considera oportuno.

Las tumbas se han encontrado en la calle que transcurre entre la iglesia de Sant Julià y la de Sant Pere. Este hecho da a entender que se pueda tratar de dos necrópolis y cuando se inicien los trabajos arqueológicos puedan aparecer más.

Las tumbas se encuentran a un metro y medio del suelo de la calle y todas en fila con el talud. Este entierro, el más habitual entre los siglos XI y XVI, no acostumbra a llevar ajuar dentro de la caja, lo que dificulta la identificación de su antiguedad. 


Una vez iniciado el estudio arqueológico se podrá empezar a ver indicios para poder fechar las tumbas, así como comprobar si dentro de las cajas hay apoyo para la cabeza o no. En función de este aspecto las tumbas serán más o menos antiguas.
(Fuente: La Vanguardia)

22 de octubre de 2013

Una iglesia de Lérida recupera tres frontales devueltos bajo secreto de confesión

Las piezas datan del siglo XVIII, son de estilo barroco y fueron robadas en 1999
La iglesia de la Purificación de Bossòst recuperó ayer lunes tres frontales de altar que fueron robados el 8 de noviembre de 1999. Se encuentran en buen estado de conservación, han sido trasladados desde La Seu d'Urgell y fueron devueltos al Obispado bajo secreto de confesión. 

Las piezas datan del s.XVIII, forman parte del patrimonio barroco pirenaico y son un importante testimonio de la relevancia del trabajo en madera policromada de la época. La composición de los frontales está formada por una orla central dedicada a una imagen, mientras que el resto de las piezas están ocupadas por una decoración floral.

El robo de las piezas ocurrió a principios de noviembre del 1999. Los ladrones se escondieron dentro de la iglesia y, una vez cerrada, pudieron trabajar sin ser descubiertos y huir por la puerta trasera del templo, después de serrar una barra de hierro de la verja.

(Fuente: La Vanguardia)


2 de agosto de 2013

Hallados cuatro hornos en un espacio comunitario del yacimiento íbero de los Vilars de Arbeca (Lleida)

El Grupo de Investigación Prehistórica (GIP) de la Universitat de Lleida (UdL) ha descubierto un espacio al aire libre, de unos 18 metros cuadrados, dedicado a la producción de alimentos. Restos de cuatro hornos de panadería, de tamaños superiores a los localizados en el interior de las casas, y un quinto más antiguo destinado a obtener temperaturas mucho más elevadas. Los arqueólogos, además, han obtenido del pozo mucho material para analizar
Trabajos de recuperación en el pozo central del yacimiento de Vilars de Arbeca. Foto: Universidad de Lleida.
El director del GIP y catedrático de arqueología de la UdL, Emili Junyent, ha asegurado que "los hallazgos superan espectacularmente las recuperadas en casi tres décadas de intervenciones en el yacimiento" y los resultados de su análisis pueden ser clave para entender el abandono de la fortaleza.

Una plaza de actividades comunitarias
En el barrio oeste, los arqueólogos han identificado un espacio al aire libre, de unos 18 metros cuadrados, dedicado a la producción de alimentos. Restos de cuatro hornos de panadería, de tamaños superiores a los localizados en el interior de las casas, y un quinto más antiguo destinado a obtener temperaturas mucho más elevadas hacen pensar en una plazoleta de actividades comunitarias. Junyent ha explicado que también se trabaja con la hipótesis de una antigua balsa de agua anterior al pozo central después de sacar a la luz una pequeña alcantarilla cubierta con pequeñas losas que atraviesa el anillo de espacios productivos.

La 29ª edición de la campaña de excavaciones en los Vilars, en la que también ha participado el alumnado del curso de la universidad de verano de la UdL, se ha centrado sobre todo en el pozo cisterna, fechado a finales del siglo V aC. En esta construcción, insólita en el mundo ibérico, que terminó siendo un vertedero, el GIP ha encontrado numeroso material cerámico, piezas de bronce, madera de unos 2.300 años de antigüedad y huesos de animales.

Analizando la conductividad eléctrica de las aguas
Los participantes en la campaña arqueológica también han hecho sondeos en pequeñas áreas perimetrales del pozo para intentar descubrir alguna estructura del área central de la fortaleza anterior a la cisterna. 
Trabajo en la plaza de actividades comunitarias donde
han aparecido los cuatro hornos culinarios.

Profesores del departamento de Medi Ambient i Ciènces del Sòl de la UdL colaboran analizando la conductividad eléctrica de las aguas, una medida indirecta de las sales disueltas. Su distribución espacial ayudará a entender la conexión entre el pozo, el foso y el torrente del Aixaragall, según Junyent.

Importancia de la molienda de cereal
Asimismo, Emili Junyent explica que elementos más pequeños también aportan datos importantes. La abundancia de polen de cereal, trigo y cebada en el interior coincide con la importancia de la molienda y los molinos rotatorios que se fabricaban desde muy antiguo en la propia fortaleza. Mientras, en el exterior se dibuja un entorno estepario, dominado por la artemisia, género de plantas herbáceas y arbustivas típica de ambientes semi-áridos de climas templados. Por otra parte, la ausencia de coprófilos indica que no había animales estabulados en el interior del recinto y el estudio de los crustáceos de medidas microscópicas aporta información sobre la alternancia entre sequía / salinidad y entradas de agua dulce, según el director del GIP.

Un nuevo enterramiento infantil
Los trabajos en el barrio este han sacado a la luz un nuevo enterramiento infantil que podría datar entre los años 700 y 650 antes de Cristo. El esqueleto, al que le falta el cráneo, estaba en una esquina del interior de una de las casas de la fase fundacional. 
El equipo lo ha encontrado en postura de decúbito lateral izquierdo con brazos y piernas flexionadas en posición fetal. Se trata de una tradición ancestral entre los íberos con un posible significado simbólico y ritual.

El catedrático de la UdL explica que el alto grado de articulación y la poca afectación tafonómica-proceso de fosilización-hacen pensar en un entierro en una pequeña fundición, cubierta totalmente de la misma tierra, sellando de esta manera el difunto. Los arqueólogos han guardado la totalidad del sedimento que acompañaba el entierro, para su posterior tratamiento y triaje en el laboratorio. 

El poblado íbero de Vilars de Arbeca  datado entre 
los siglos VIII y IV a.C. era una fortaleza inexpugnable.
Foto: Amics de Vilars
Un enorme hogar de forma oval
En esta zona, también han encontrado un nivel de cremación con cenizas que pasa por debajo de uno de los muros de la casa y un pavimento con preparación de adobe, muy bien conservado y con una enorme hogar central de forma oval.

La campaña de excavaciones en los Vilars de Arbeca, que continuará hasta el 15 de septiembre, con un breve paréntesis de vacaciones, está financiada por el Servei de Arqueologia i Paleontologia de la Generalitat y con el apoyo del Ministerio de Economía y Competitividad. Enlazará con los trabajos de restauración de la muralla noreste, previstos para el otoño, a cargo del convenio suscrito entre la dirección general de Patrimoni Cultural, la Diputació de Lleida y el Ajuntament de Arbeca.
(Fuente: La Vanguardia)

12 de junio de 2013

Importantes descubrimientos en el yacimiento íbero de Vilars de Arbeca (Lérida)

En un mes, la campaña ha puesto a cuerpo descubierto una fíbula y un brazalete de bronce, fragmentos grandes de madera de unos 2.300 años de antigüedad, cerámica y huesos de animales.
El poblado íbero de Vilars de Arbeca  datado entre
los siglos VIII y IV a.C. era una fortaleza inexpugnable.
Foto: Amics de Vilars
Los investigadores han encontrado en un mes una fíbula y un brazalete de bronce, fragmentos grandes de madera de unos 2.300 años de antigüedad, cerámica y huesos de animales, ha señalado este lunes la Universidad de Lleida (UdL) en un comunicado, y ha destacado que los restos aportarán mucha información sobre la fase de abandono del poblado.

La excavación se centra en el pozo-cisterna ubicado en el centro de yacimiento y construido a inicios del siglo IV antes de Cristo, y el director del Grupo de Investigación Prehistórica (GIP) y catedrático de arqueología de la UdL, Emili Junyent, cree que el yacimiento constituye "un irrepetible archivo sobre la fase ibérica plena".

El abandono del poblado es el periodo peor conocido, puesto que los trabajos agrícolas han destruido sus restos, y tampoco se han hecho muchos hallazgos en el interior de las casas porque "la fortaleza fue desalojada sin sufrir".

El pozo de la fortaleza es una fuente de vasijas de cerámicas, desde vajilla fina hasta grandes contenedores—; materiales metálicos, como herramientas agrícolas de hierro y fíbulas de bronce, así como objetos diversos, incluyendo molinos, materiales constructivos y macro-fauna —huesos de oveja, cabra, cerdo, buey, caballo, perro y ciervo—.

Conservación de restos

El pozo, de siete metros de profundidad, sirvió de vertedero en la etapa final del poblado. Junyent ha explicado que la presencia de agua ha favorecido la conservación de restos orgánicos "que han sido sumergidas en condiciones estables". El estudio de la madera y los carbones determinará qué tipo de especies vegetales había en el entorno del poblado. En cambio, el agua perjudica los objetos de bronce "porque el metal aparece fuertemente mineralizado", ha afirmado el catedrático.
Una de las fíbulas de bronce encontradas durante la excavación.
Foto: UDL

En cuanto a los huesos y cuernos de animales, también dan pistas de la alimentación de los íberos. "El ciervo no era una especie abundante y los cuernos tirados a la basura podrían asociarse a un consumo de la carne de un animal escaso y parcialmente lujoso", según los miembros del GIP. Pero más allá de las pautas alimentarias, los estudios arqueofaunísticos también abren la puerta a las prácticas rituales. En la sociedad ilergeta, cada animal podría llevar implícito un determinado simbolismo relacionado con ritos de protección del hogar, la cosecha o la familia.

El estudio de la madera y los carbones determinará qué tipo de especies vegetales había en el entorno del poblado.

160.000 euros

El GIP dispone este año de 160.000 euros para la excavación a Los Vilars, por las las subvenciones del Estado, la Generalitat, la Diputación de Lleida y el Ayuntamiento de Arbeca, ha precisado la UdL.

Los trabajos, que continuarán hasta el próximo agosto, cuentan con la colaboración de expertos del departamento de Medio ambiente y Ciencias del Suelo de la UdL y el Seminario de Estudios e Investigaciones Prehistóricas de la Universitat de Barcelona (UB).

12 de marzo de 2013

El yacimiento íbero del Molí del Espígol recupera la actividad arqueológica después de 12 años

Los trabajos en el yacimiento leridano cuentan con un presupuesto de un millón de euros. El alcalde de Tornabous espera que los restos íberos sean visitables dentro de un año
Los trabajos en Molí del Espigol se alargarán unos 12 meses.
El yacimiento íbero del Molí del Espígol de Tornabous en la comarca de l’Urgell ha recuperado la actividad arqueológica después de 12 años sin ningún tipo de intervención. En concreto, hace un par de semanas que han empezado los trabajos de consolidación de los restos existentes y también los de nueva búsqueda arqueológica.

Todo ello financiado a medias gracias al 1% cultural otorgado por el Gobierno y también por la aportación de la Conselleria Cultura que hace que se pueda contar con un presupuesto de poco más de un millón de euros.

Los trabajos se alargarán unos 12 meses y tal como ha explicado el alcalde de Tornabous, Amadeu Ros, confían que en un futuro cercano puedan hacer visitable el yacimiento, ya que se cree que podría ser de los más grandes de su estilo en Catalunya.


Ejemplo del urbanismo de los ilergetes

Sobre una leve elevación del llano del Urgell se construyó la ciudad ibérica de Molí d’Espígol. Este asentamiento, de finales del siglo VI o inicios del V aC, constituye uno de los ejemplos de urbanismo más desarrollado de la tribu de los ilergetes. Centro político y comercial de primer orden basaba su economía en la agricultura y la ganadería.

La disposición urbanística general se corresponde con esta intensa actividad económica: casa de gran complejidad compartimentadas con estancias dedicadas al almacenaje. Con la llegada de los romanos la ciudad entró en decadencia hasta su total abandono.

Forma parte de la Ruta de los Íberos del Museu d'Arqueologia de Catalunya.

(Fuente: La Vanguardia)

1 de junio de 2012

El urbanismo íbero desvela sus secretos en el yacimiento de Arbeca (Lérida)

El avanzado estado de las excavaciones que lleva a cabo la Universidad de Lérida ha convertido la fortaleza en un atractivo turístico de la comarca de Les Garrigues.
Excavación de siete casas de la fase fundacional de la fortificación
cercano a la torre puerta abierta a Levante.
Foto: Grupo de Investigación Prehistórica UDL.  
¿Cómo eran las casas en la Edad del Hierro y que relación tenían con el recinto fortificado? Es una de las preguntas que se podrá empezar a responder este mismo mes gracias a los trabajos de excavación que han empezado esta semana en los Vilars de Arbeca, un yacimiento íbero único en Europa por sus características y su estado de conservación. Una labor que el Grupo de Investigación Prehistórica de la Universitat de Lleida (UdL) inició en 1985 y que ha sido muy intensa en la última década, hecho que permite poder pasearse y volver al pasado de la fortaleza.

“Estamos trabajando en la fase fundacional, hecho que le añade un interés especial que sólo se puede realizar en algunas zonas de la fortaleza”, explica el director de las excavaciones y catedrático de Prehistoria de la UdL, Emili Junyent. Los trabajos pondrán al descubierto la relación de las casas con la muralla contigua que, entre otros aspectos, estaban caracterizadas por tener una gran estancia o vestíbulo. Cabe destacar que, hasta el momento, los vestigios más antiguos que se han encontrado de la época –siglo VIII a.C.– provienen de los Vilars, hecho que da aún más relevancia a la actual campaña.

Los trabajos actuales, que concluirán con la realización de un curso de estudiantes que se organiza cada año en el marco de la Universitat d’Estiu de la UdL, se reprenderán en otoño con otra de las intervenciones más importantes. Se trata de la restauración de uno de los pocos tramos de muralla aún pendiente: la vertiente noreste donde precisamente ahora se excavan las casas. El ritmo de trabajo de este año ha empezado a paralizarse y la tendencia de futuro es, como mínimo, incierta. “Esta dinámica está en peligro”, sentencia Junyent, aunque apunta que si la crisis frena las excavaciones, el yacimiento no se resentirá porque se ha avanzado mucho respecto a la restauración, acondicionamiento y museización del espacio.

Incógnitas por resolver
Los trabajos aun pueden resolver muchas dudas sobre el sentido de las construcciones de la época. Junto a la fortaleza está el llamado campo norte, que tiene casi el doble de extensión. En ese espacio podría estar ubicada la contraguardia del recinto a parte de la canalización que hacía llegar el agua hasta el foso. De momento se trata de una zona en la que no se puede excavar, ya que el terreno no es de propiedad municipal. La idea es, en un futuro, adecuarlo y convertirlo en un parque arqueológico que recupere la vegetación de ribera antigua.

Junyent cree que los Vilars tendrían que ser considerados como “la Empúries de Ponent”, situando el yacimiento como un equipamiento de primer orden. “En pocos sitios se puede leer el proceso de formación inicial de la cultura íbera como aquí”, explica. De hecho, los restos arquitectónicos conservan más de cuatro siglos de historia pertenecientes a una misma comunidad, los ilergetes, que abandonan el lugar en el siglo IV a.C. “Nos permite conocer la propia evolución de lo que sería su cultura material”, añade el director de las excavaciones.

Atractivo turístico
La fortaleza ha ido ganando terreno ya no tan solo como bien cultural –con el reconocimiento a nivel nacional- sino también como uno de los principales enclaves turísticos de la comarca. Los datos recogidos por el Ayuntamiento de Arbeca (Les Garrigues) durante el 2011 cifra en 5.000 el número de visitantes. Por ese motivo, tal como explica la técnica del área de promoción económica del consistorio, Mavi Vidal, "la idea es apostar por crear rutas que integren el patrimonio con otros elementos característicos de la zona como la gastronomía".

21 de abril de 2011

Descubren en Avinganya (Lérida) una necrópolis medieval del Siglo XIII

Las excavaciones que se realizan en el entorno del viejo convento de Avinganya (Lleida) han puesto al descubierto una necrópolis de origen medieval en la que se han encontrado los restos de 53 personas enterradas en un espacio de apenas 24 metros cuadrados.
El enterramiento se ha encontrado en la zona del ábside (Siglo XIII).
Así, durante los trabajos realizados en el primer trimestre de 2011 se ha hallado un espacio reducido, de unos 24 metros cuadrados, con un total de 53 cadáveres enterrados en tumbas de losas y de fosa que en muchas ocasiones se cortaban entre sí debido a la gran concentración de sepulturas en una superficie tan pequeña.
Ello demuestra, según los arqueólogos, "la devoción que tuvo mucha gente por Avinganya en su momento de plenitud".
El estudio antropológico de los restos humanos localizados permite avanzar que hay tanto hombres como mujeres y niños entre los enterrados en los diferentes niveles, que van desde el siglo XIII hasta el XVII.
La zona del monasterio que se excava durante esta campaña, dirigida por Josep Medina, es la del ala este de Avinganya, ubicada entre la acequia y el ábside del siglo XIII, que fue remodelado a principios del siglo XVIII para construir los nuevos accesos al monasterio trinitario. 
El responsable de arqueología del Instituto de Estudios Ilerdicenses (IEI), Josep Ramon González, explicó que era previsible encontrar estas tumbas en el cementerio de época medieval porque la necrópolis del monasterio trinitario estaba en el exterior del convento. 
Precisamente en esta misma zona también se encuentran los niveles de derribo de la época de la reforma del monasterio y una torre marginal del cementerio medieval. De momento sólo se ha excavado una de las fosas –excavadas en el suelo por sobre del nivel de la roca– mientras que las otras dos aún no se han tocado. Las tres tumbas localizadas están ubicadas en situación este-oeste, puesto que, según González, siempre estaban orientadas hacia la salida del sol.

El responsable de arqueología del IEI también comentó que se trata de tumbas bastante antiguas que podrían pertenecer al primer momento de ocupación del monasterio, alrededor del año 1201. De todas formas, según explicó González, en esta campaña no se trabajará el grueso del cementerio, que se encuentra situado más al norte.



Trabajo previo a la urbanización

La intervención que realiza el IEI en Seròs continua las campañas de excavaciones que se realizaron de forma ininterrumpida hasta el año 2001 y se enmarca en un proyecto global de excavación de todo el entorno del edificio del Baix Segre. 

27 de marzo de 2011

Hallan restos de una casa romana con termas en un solar de Lérida

El Servei d’Arqueologia de la Paeria ha encontrado restos de una domus romana con termas en el interior en el solar de la calle del Carmen de Lérida que está destinado a la construcción de un edificio. La excavación, realizada como indica la normativa siempre que se actúa en el centro histórico, está en su fase final puesto que ya se ha excavado el 70 por ciento del solar. 

Puesto que el proyecto de la obra incluye la construcción de un subterráneo posiblemente destinado a almacén, el Servei d’Arqueologia realizó previamente un sondeo de la zona y se comenzó a excavar en el mes de setiembre. Desde entonces se ha intervenido en el subsuelo ininterrumpidamente y se prevé que la actuación pueda finalizar en breve.
El hallazgo está próximo al palacio de la Diputación.

En estos momentos la mayor parte del solar ya está excavado y la intervención continúa en el ámbito del terreno colindante a la calle del Carme. De hecho, según fuentes del Servei d’Arqueologia, la mayor parte de los restos de las termas domésticas encontradas en el interior de una casa de época romana, que también incluyen una zona de hogar, se ubican justo debajo de la calle. De lo excavado de esta domus romana hasta el momento se desprende que se podría tratar de una casa de cierta entidad económica, lo que certificaría que contase con unas termas en el interior. Se da la circunstancia de que los restos que han aflorado durante la excavación están construidos en un estrato más bajo que las posteriores edificaciones andalusís y medievales, por lo que estas no destruyeron la construcción de época romana.

No es la primera vez que se encuentra una domus romana de estas características, puesto que ya se localizó otra en el subsuelo del edificio del Arc del Pont. En aquella ocasión, los restos se volvieron a tapar previo visto bueno de los servicios de arqueología de la Generalitat de Catalunya, que son quienes en última instancia dictan si hay algo a conservar o si basta con la documentación realizada durante la excavación. 
Plano esquemático de una domus romana.

Como es preceptivo, el Servei d’Arqueologia de la Paeria redactará ahora un informe para que sea la Generalitat quien se pronuncie sobre la domus romana que ha aflorado durante la intervención.

En el resto del solar han aparecido sitios y otros elementos medievales que, según las fuentes consultadas, no tienen ningún elemento digno de conservación. En este caso, como es preceptivo, se han documentado los hallazgos y se ha vuelto a tapar el subsuelo para dejarlo a punto para la posterior construcción del edificio.