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23 de febrero de 2023

La Sala de los Moros, nuevo BIC de Castilla-La Mancha

Se encuentra en el término municipal de Argamasilla de Calatrava en Ciudad Real, encima del cerro del Turrunchel. Se trata de un yacimiento arqueológico, constituido por una estructura principal, realizada con grandes bloques de sillarejo y con una cámara interior en forma de T que muestra aspectos tanto de la Edad del Bronce como de la Edad del Hierro, en su periodo ibérico-oretano.
Sala de los Moros en Argamasilla de Calatrava. Cultura Castilla-La Mancha

Un lugar “único” en su clase en Castilla-La Mancha: así es la Sala de los Moros, el nuevo Bien de Interés Cultural (BIC) declarado en la región, que se encuentra en el término municipal de Argamasilla de Calatrava de Ciudad Real, encima del cerro del Turruchel. Se trata de un “excepcional” yacimiento arqueológico, constituido por una estructura principal, realizada con grandes bloques de sillarejo y con una cámara interior en forma de T. Ahora gozará de la máxima protección patrimonial de la región.

Aunque puede que la ciudadanía castellanomanchega, en general, no conociese la existencia de este excepcional lugar, que muestra aspectos tanto de la Edad del Bronce (prehistórica) y también de la Edad del Hierro, en su periodo ibérico-oretano, la realidad es que incluso el cardenal Francisco de Lorenzana ya hablaba de él en el siglo XVIII, tal y como se explica en el informe académico que ha favorecido la declaración de interés cultural del yacimiento.

Lorenzana hablaba de una “mazmorra” a la que el “común de las gentes” llamaba la Sala de los Moros, ya por entonces. Además, era una de los cuatro vestigios de “fortalezas, castillos o atalayas”, como el del Castillón. Durante la historia también se le ha atribuido otros adjetivos como “ciclópeo”. Así lo describía Manuel Corchado Soriano en 1961 en la 'La Mancha. Revista de Estudios Regionales'.


Situación estratégica
El emplazamiento al que hacía referencia el cardenal Lorenzana es algo más que destacable, puesto que la situación estratégica de la Sala de los Moros permite observar con claridad “largas distancias”. En concreto, desde el cerro se pueden controlar los accesos al llamado Carcuvium, una suerte de mansión romana que controlaba el acceso al valle del Guadiana. No era el único lugar que se podía divisar fácilmente desde la Sala de los Moros: también se avistaba la llanura del río Tirteafuera, a través del cual se podía llegar a una cuenca minera de gran importancia. Además, se encontraba entre diversos 'oppidum' de época oretana, anterior a la romana: Oretum, Sisapo y Lacurris.

Se trata de esta manera de un monumento que se ha interpretado como una referencia “visual histórica sobresaliente” en un vasto territorio.

En la declaración de BIC se señala también que el yacimiento tiene un estado de conservación más bien “regular”, principalmente debido a las excavaciones que se llevaron a cabo en la década de los 60', además de los expolios “sistemáticos” de excavadores clandestinos. Incluso, se señala que hay grafitis de visitas recientes y no es el único caso en Ciudad Real. Finalmente, su propia localización ha provocado que el deterioro por la acción ambiental también sea importante.

Un monumento “vaciado” históricamente
Pero ahora que se trata de un Bien de Interés Cultural, la Sala de los Moros contará con el mayor nivel de protección administrativa que contempla la legislación actual. Y no sólo eso, explica el experto Luis Benítez de Lugo, docente universitario encargado del informe favorable para esta declaración, sino que también permite el acceso a financiación para mantener en buen estado el patrimonio. Amén de ventajas fiscales para los propietarios, ya que las inversiones realizadas en el sitio se podrán deducir en la declaración de la renta.

También se deberá llegar a un acuerdo para el régimen de visitas del sitio. “Lo mejor sería juntar los días para realizar una campaña de excavación arqueológica”, reflexiona Benítez de Lugo. Todavía falta mucho por investigar en el lugar, señala. “Ha sido un monumento vaciado históricamente, pero con métodos modernos de investigación arqueológica sería posible extraer más información”, apunta.

Un enterramiento “anómalo” en Castilla-La Mancha
El profesor explica que lo que se observa en la Sala de los Moros, de enterramiento en cámaras, es “anómalo por completo”. “Esto sucede en algunos casos, como en el de la Dama de Baza. Pero en ningún caso en un enterramiento de Ciudad Real ni de Castilla-La Mancha”, afirma. Se trata, explica, de un ritual funerario que se reserva a las élites. “El hecho relevante es que hay una persona enterrada en una cámara principesca, en un sitio dominante en el nacimiento del río Tirteafuera. ”Su situación estratégica implica que tiene mucha trascendencia e importancia“.

Benítez de Lugo señala también que desde el punto de vista arquitectónico, se trata de un monumento de “primer nivel” en cuanto a su factura y a las orientaciones astronómicas que se han podido observar. Esto, en cuanto revela información sobre la ritualidad de los íberos. “Por eso es muy importante realizar una campaña de estudios, porque no se conoce todo sobre el lugar”, señala.

“Es muy positivo haber declarado la Sala de Moros como BIC. Es un elemento relevante y singular de nuestro patrimonio cultural. Nos hubiera gustado que se hiciera antes, pero esto tiene su demora y su tiempo”.

¿Qué pasa con las motillas?
Mientras expresa su satisfacción por esta declaración, también lamenta que la comunidad académica y arqueológica lleva ya dos legislaturas esperando que las motillas sean declaradas como Bien de Interés Cultural. Se trata de un tipo arqueología única en Europa, y que sólo se encuentra en Castilla-La Mancha, donde hay más de 40 ejemplos de esta arquitectura ancestral. La Junta lo ha anunciado ya en varias ocasiones: en enero de 2022 y en agosto de 2021. “Es la primera cultura propiamente dicha de Castilla-La Mancha y son los primeros monumentos que tenemos desde el punto de vista de la arquitectura”, recalca. “Sólo hay motillas en Castilla-La Mancha”, advierte. Por eso, insta a la administración a que “realmente proteja” estos elementos singulares del patrimonio.

Casi 700 Bienes de Interés Cultural
El último balance de los BIC del Gobierno regional señalaba que había 669 bienes de este tipo, tras la suma del Carnaval de Tarazona y las alfombras de nudo español de Alcaraz. La Sala de los Moros ha sido protegida posteriormente. Durante esta legislatura se han aprobado 23 declaraciones y otras 22 tienes abierto un expediente, en diferentes fases previas a su posible protección. “Vamos a superar la cifra de las 700, lo que demuestra la riqueza de Castilla-La Mancha en lo que se refiere a la cultura, a las tradiciones y al patrimonio”, resaltaba Blanca Fernández, consejera portavoz del Gobierno.

9 de enero de 2017

150.000 euros para excavaciones en trece yacimientos de Ciudad Real

El patrimonio histórico no sólo es una fuente de cultura necesaria sino también de riqueza para la zona en la que se ubica y, conocedora de esta situación, la Junta de Comunidades de Castilla-la Mancha, a través de la Consejería de Cultura, acaba de aprobar 13 proyectos de trabajo en yacimientos arqueológico de Ciudad Real que permitirán seguir avanzando en la investigación de ese patrimonio.
Iglesia de la fortaleza de Calatrava la Nueva.
En concreto, el Gobierno regional ha concedido subvenciones por importe de 149.376,18 euros para llevar a cabo en 13 yacimientos arqueológicos de la provincia ubicados en las localidades de Aldea del rey, Almodóvar del Campo, Valdepeñas, Terrinches, Almadén, Montiel, Poblete y Ciudad Real, Argamasilla de Alba, Albaladejo, Carrión de Calatrava y Daimiel.

CERRO DELAS CABEZAS
Uno de los proyectos más destacados, en lo que a la cuantía de la subvención se refiere, será en el Cerro de las Cabezas de Valdepeñas, donde los arqueólogos Julián Vélez, José Javier Pérez, Tomás Torres y Domingo Fernández llevarán a cabo un sondeo estratigráfico en el área urbana de oppidum; además del estudio arqueológico-estratigráfico del área urbana y muralla norte. 
En este proyecto aprobado por la Junta también se incluye la realización de dataciones pro termoluminescencia, así como el estudio y clasificación del material metálico del yacimiento arqueológico.

El Cerro de las Cabezas es un punto de referencia en la cultura íbera, por la monumentalidad de sus sistemas defensivos, la excelente conservación de sus restos y por ser una de las pocas ciudades ibéricas conservadas en su integridad dentro del panorama peninsular. Las campañas sistemáticas que la Junta de Comunidades está llevando a cabo en colaboración con el Ayuntamiento de Valdepeñas, desde años atrás, van poniendo al descubierto parte de las áreas urbanas y defensivas de la ciudad, mostrándonos su urbanización, almacenes, áreas domésticas, santuarios, torreones y murallas.
Esta no será la única actuación que se realice en Valdepeñas, ya que también se ha autorizado y subvencionado otra actuación, en este caso estudios y prospecciones geofísicas para el conocimiento del opiddum oretano que realizarán los arqueólogos Juan José Blánquez y Lourdes Roldán.

SISAPO
También es destacable el trabajo que van a realizar en la antigua Sisapo o yacimiento La Bienvenida, en Almodóvar del Campo, los profesionales Mar Zarzalejos, Carmen Fernández y Germán Esteban.

En este lugar se llevan realizando excavaciones desde la pasada década de los 80 que están siendo de gran utilidad para la reconstrucción de la dinámica histórica de la comarca gracias a importantes hallazgos que demuestran la inserción de la localidad en la cultura y economía de los Tartesos a finales del siglo VIII A. C, además de que se ha descubierto que ya en época romana se convirtió en la capital minera de la comarca debido a su vinculación con la explotación de las minas de cinabrio y plata. El yacimiento ha podido ser identificado con un importante centro minero citado por las fuentes clásicas con el nombre de Sisapo. Se encuadra dentro de la zona denominada como la Oretania prerromana. Esta ciudad tuvo una extensión aproximada de 10 hectáreas y estaba rodeada por una muralla de más de 3 metros de ancho con unas 28 torres. En el interior del recinto se han encontrado restos de viviendas de varios momentos culturales desde el siglo VII a.C. hasta el siglo IV d.C.
CALATRAVA LA NUEVA
Otra de las actuaciones aprobadas por el Gobierno regional tendrá lugar en el castillo de Calatrava La Nueva, en Aldea del rey, gracias a las arqueólogas Ana María Segovia y Concha Claros. El Sacro Castillo-Convento fue fue declarado Monumento Nacional en 1854 está en la cima del cerro Alacranejo, una zona que ya desde la época prehistórica ambos lugares fueron elegidos por gentes de la Edad del Bronce para situar sus poblados como muestran los restos hallados en la zona en la que se ubica el castillo, ocupado hasta 1802 por la Orden de Calatrava.

ALARCOS Y CALATRAVA LA VIEJA
En el parque arqueológico de Alarcos y Calatrava la Vieja se van a llevar a cabo varias actuaciones, entre las que se incluye continuar con la excavación arqueológica de Alarcos a cargo de Antonio de Juan -gran conocedor de este yacimiento ya que dirigió durante años este parque, junto a Macarena Fernández y Diego Lucendo.
El cerro de Alarcos fue ocupado por el hombre desde la Edad del Bronce Pleno y conoció dos etapas esplendorosas: una durante la época ibérica y otra en la Edad Media.
Las excavaciones arqueológicas que se desarrollan desde 1984 han sacado a la luz parte de la ciudad ibérica, el perímetro exterior del castillo y gran parte de la muralla medieval, donde se ha encontrado una fosa común con restos de la batalla que en 1195 enfrentó a musulmanes y cristianos.

Por otra parte, entre Ciudad Real y Poblete, María del Rosario García, Francisco Javier Morales y David Rodríguez van a llevar a cabo el estudio e investigación de la necrópolis ibérica y del oppidum de Alarcos. En Calatrava La Vieja se va a desarrollar el estudio y caracterización de materiales arqueológicos y este proyecto lo desarrollarán los arqueólogos Manuel Retuerce y Miguel Ángel Hervás.

En este caso hay que recordar que la antigua Qal'at Rabah islámica es uno de los yacimientos medievales más importantes y mejor preservados de la Península. Su historia, junto al río Guadiana, transcurre entre los s. VIII y XV y fue el enclave urbano del poder califal en la región, la primera posesión templaria en Castilla, lugar de fundación de la primera Orden militar hispana y la ciudad más septentrional del Imperio almohade.
Conserva estructuras tan notables como un foso, todo el recinto amurallado, con torres pentagonales, “albarranas” y “corachas”, y dos puertas acodadas. En el alcázar destacan el magnífico arco triunfal de acceso, la gran sala de recepciones, el aljibe y las iglesias templaria y calatrava, y en los arrabales, los restos de una mezquita.

CASTILLO DE LA ESTRELLA DE MONTIEL
Viajando hasta otro castillo, en este caso el de la Estrella en Montiel, la Junta de Comunidades ha dado luz verde a la excavación arqueológica en el barrio islámico, que llevarán a cabo el profesor de Historia Medieval de la UCLM Jesús Molero; el arqueólogo de la Fundación Castillo de la Estrella, David Gallego; y la restauradora Cristina Peña.
Se trata de una zona de hábitat con restos de silos y viviendas de este período y que según los datos recogidos por este mismo grupo de trabajo en 2013 “tienen una cronología muy temprana (siglo IX-X), lo que convierte al conjunto arqueológico del Castillo de la Estrella en uno de los yacimientos con una secuencia cronológico-cultural de época medieval más amplia y completa de la región”.

LA MOTILLA DEL AZUER
Otro de los yacimientos más conocidos de la provincia, el de la Motilla del Azuer en Daimiel, también forma parte de los proyectos aprobados, en este caso se realizarán investigaciones geoarqueológicas y topográficas en las que participará el arqueólogo Miguel Torres.
La Motilla del Azuer es el ejemplo más representativo de una original cultura de la Edad del Bronce que se desarrolló en las llanuras del norte de la provincia, preferentemente inundables, donde el agua se convirtió en un factor de capital importancia para la supervivencia.

El yacimiento se desarrolla en torno a un profundo pozo protegido por una torre de planta cuadrada, varias líneas concéntricas de murallas de considerable altura en mampostería, entre las cuales se disponían desde áreas de estabulación de ganado, áreas artesanales para la fundición de metales a almacenes de cereales.

PILAR DE LA LEGUA DE ALMADÉN
Hasta Almadén se va también una de las subvenciones más importantes en lo que se refiere a su cuantía, ya que se ha aprobado el proyecto del equipo multidisciplinar que componen Germán Esteban, Mar Zarzalejos y Jesús Martínez para seguir investigando en el yacimiento Pilar de la Legua.
Los dos últimos proyectos que se van a desarrollar son el estudio de contextualización ceramológica, mineralógica y fotogramétrica de la villa romana de Puente de la Olmilla, en Albaladejo, a cargo de Luis Benítez de Lugo y José Luis Fuentes; así como la excavación arqueológica en el castillo de Santa María, en Argamasilla de Alba, que realizarán Antonio José Gómez; David Gallego; Jesús Manuel Molero; Andrés Ocaña; y Juan Ángel Ruiz.

CASTILLEJO DEL BONETE
El proyecto aprobado por la Consejería de Cultura de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha que cuenta con una mayor inversión es el del estudio de túmulos prehistóricos en la cultura de las motillas, que se realizará en el Castillejo del Bonete en Terrinches.
Este yacimiento arqueológico tiene aproximadamente 500 metros cuadrados y está emplazado en las estribaciones septentrionales de Sierra Morena, en lo alto de una ladera orientada al sur.

El lugar se encuentra al sureste de la provincia de Ciudad Real y en lo que tradicionalmente se ha supuesto el borde meridional del área en la cual se desarrolló la Cultura del Bronce de La Mancha. Se halla estratégicamente situado junto al Camino de Aníbal, vía natural de comunicación entre la Meseta y la Alta Andalucía.

Los arqueólogos Luis Benítez de Lugo Enrich y María Benito Sánchez serán los responsables de desarrollar trabajos arqueológicos de excavación, topografía georreferenciada y fotogrametría. Este yacimiento tiene características que le confieren gran interés arqueológico porque, entre otras, agrupa espacios y utensilios de la vida cotidiana; tiene 5 inhumaciones de diversa tipología, varias con ajuar; posee murallas defensivas; y guarda una cueva fortificada de notables dimensiones intacta desde la Prehistoria.