google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: Vilars de Arbeca
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2 de agosto de 2013

Hallados cuatro hornos en un espacio comunitario del yacimiento íbero de los Vilars de Arbeca (Lleida)

El Grupo de Investigación Prehistórica (GIP) de la Universitat de Lleida (UdL) ha descubierto un espacio al aire libre, de unos 18 metros cuadrados, dedicado a la producción de alimentos. Restos de cuatro hornos de panadería, de tamaños superiores a los localizados en el interior de las casas, y un quinto más antiguo destinado a obtener temperaturas mucho más elevadas. Los arqueólogos, además, han obtenido del pozo mucho material para analizar
Trabajos de recuperación en el pozo central del yacimiento de Vilars de Arbeca. Foto: Universidad de Lleida.
El director del GIP y catedrático de arqueología de la UdL, Emili Junyent, ha asegurado que "los hallazgos superan espectacularmente las recuperadas en casi tres décadas de intervenciones en el yacimiento" y los resultados de su análisis pueden ser clave para entender el abandono de la fortaleza.

Una plaza de actividades comunitarias
En el barrio oeste, los arqueólogos han identificado un espacio al aire libre, de unos 18 metros cuadrados, dedicado a la producción de alimentos. Restos de cuatro hornos de panadería, de tamaños superiores a los localizados en el interior de las casas, y un quinto más antiguo destinado a obtener temperaturas mucho más elevadas hacen pensar en una plazoleta de actividades comunitarias. Junyent ha explicado que también se trabaja con la hipótesis de una antigua balsa de agua anterior al pozo central después de sacar a la luz una pequeña alcantarilla cubierta con pequeñas losas que atraviesa el anillo de espacios productivos.

La 29ª edición de la campaña de excavaciones en los Vilars, en la que también ha participado el alumnado del curso de la universidad de verano de la UdL, se ha centrado sobre todo en el pozo cisterna, fechado a finales del siglo V aC. En esta construcción, insólita en el mundo ibérico, que terminó siendo un vertedero, el GIP ha encontrado numeroso material cerámico, piezas de bronce, madera de unos 2.300 años de antigüedad y huesos de animales.

Analizando la conductividad eléctrica de las aguas
Los participantes en la campaña arqueológica también han hecho sondeos en pequeñas áreas perimetrales del pozo para intentar descubrir alguna estructura del área central de la fortaleza anterior a la cisterna. 
Trabajo en la plaza de actividades comunitarias donde
han aparecido los cuatro hornos culinarios.

Profesores del departamento de Medi Ambient i Ciènces del Sòl de la UdL colaboran analizando la conductividad eléctrica de las aguas, una medida indirecta de las sales disueltas. Su distribución espacial ayudará a entender la conexión entre el pozo, el foso y el torrente del Aixaragall, según Junyent.

Importancia de la molienda de cereal
Asimismo, Emili Junyent explica que elementos más pequeños también aportan datos importantes. La abundancia de polen de cereal, trigo y cebada en el interior coincide con la importancia de la molienda y los molinos rotatorios que se fabricaban desde muy antiguo en la propia fortaleza. Mientras, en el exterior se dibuja un entorno estepario, dominado por la artemisia, género de plantas herbáceas y arbustivas típica de ambientes semi-áridos de climas templados. Por otra parte, la ausencia de coprófilos indica que no había animales estabulados en el interior del recinto y el estudio de los crustáceos de medidas microscópicas aporta información sobre la alternancia entre sequía / salinidad y entradas de agua dulce, según el director del GIP.

Un nuevo enterramiento infantil
Los trabajos en el barrio este han sacado a la luz un nuevo enterramiento infantil que podría datar entre los años 700 y 650 antes de Cristo. El esqueleto, al que le falta el cráneo, estaba en una esquina del interior de una de las casas de la fase fundacional. 
El equipo lo ha encontrado en postura de decúbito lateral izquierdo con brazos y piernas flexionadas en posición fetal. Se trata de una tradición ancestral entre los íberos con un posible significado simbólico y ritual.

El catedrático de la UdL explica que el alto grado de articulación y la poca afectación tafonómica-proceso de fosilización-hacen pensar en un entierro en una pequeña fundición, cubierta totalmente de la misma tierra, sellando de esta manera el difunto. Los arqueólogos han guardado la totalidad del sedimento que acompañaba el entierro, para su posterior tratamiento y triaje en el laboratorio. 

El poblado íbero de Vilars de Arbeca  datado entre 
los siglos VIII y IV a.C. era una fortaleza inexpugnable.
Foto: Amics de Vilars
Un enorme hogar de forma oval
En esta zona, también han encontrado un nivel de cremación con cenizas que pasa por debajo de uno de los muros de la casa y un pavimento con preparación de adobe, muy bien conservado y con una enorme hogar central de forma oval.

La campaña de excavaciones en los Vilars de Arbeca, que continuará hasta el 15 de septiembre, con un breve paréntesis de vacaciones, está financiada por el Servei de Arqueologia i Paleontologia de la Generalitat y con el apoyo del Ministerio de Economía y Competitividad. Enlazará con los trabajos de restauración de la muralla noreste, previstos para el otoño, a cargo del convenio suscrito entre la dirección general de Patrimoni Cultural, la Diputació de Lleida y el Ajuntament de Arbeca.
(Fuente: La Vanguardia)

12 de junio de 2013

Importantes descubrimientos en el yacimiento íbero de Vilars de Arbeca (Lérida)

En un mes, la campaña ha puesto a cuerpo descubierto una fíbula y un brazalete de bronce, fragmentos grandes de madera de unos 2.300 años de antigüedad, cerámica y huesos de animales.
El poblado íbero de Vilars de Arbeca  datado entre
los siglos VIII y IV a.C. era una fortaleza inexpugnable.
Foto: Amics de Vilars
Los investigadores han encontrado en un mes una fíbula y un brazalete de bronce, fragmentos grandes de madera de unos 2.300 años de antigüedad, cerámica y huesos de animales, ha señalado este lunes la Universidad de Lleida (UdL) en un comunicado, y ha destacado que los restos aportarán mucha información sobre la fase de abandono del poblado.

La excavación se centra en el pozo-cisterna ubicado en el centro de yacimiento y construido a inicios del siglo IV antes de Cristo, y el director del Grupo de Investigación Prehistórica (GIP) y catedrático de arqueología de la UdL, Emili Junyent, cree que el yacimiento constituye "un irrepetible archivo sobre la fase ibérica plena".

El abandono del poblado es el periodo peor conocido, puesto que los trabajos agrícolas han destruido sus restos, y tampoco se han hecho muchos hallazgos en el interior de las casas porque "la fortaleza fue desalojada sin sufrir".

El pozo de la fortaleza es una fuente de vasijas de cerámicas, desde vajilla fina hasta grandes contenedores—; materiales metálicos, como herramientas agrícolas de hierro y fíbulas de bronce, así como objetos diversos, incluyendo molinos, materiales constructivos y macro-fauna —huesos de oveja, cabra, cerdo, buey, caballo, perro y ciervo—.

Conservación de restos

El pozo, de siete metros de profundidad, sirvió de vertedero en la etapa final del poblado. Junyent ha explicado que la presencia de agua ha favorecido la conservación de restos orgánicos "que han sido sumergidas en condiciones estables". El estudio de la madera y los carbones determinará qué tipo de especies vegetales había en el entorno del poblado. En cambio, el agua perjudica los objetos de bronce "porque el metal aparece fuertemente mineralizado", ha afirmado el catedrático.
Una de las fíbulas de bronce encontradas durante la excavación.
Foto: UDL

En cuanto a los huesos y cuernos de animales, también dan pistas de la alimentación de los íberos. "El ciervo no era una especie abundante y los cuernos tirados a la basura podrían asociarse a un consumo de la carne de un animal escaso y parcialmente lujoso", según los miembros del GIP. Pero más allá de las pautas alimentarias, los estudios arqueofaunísticos también abren la puerta a las prácticas rituales. En la sociedad ilergeta, cada animal podría llevar implícito un determinado simbolismo relacionado con ritos de protección del hogar, la cosecha o la familia.

El estudio de la madera y los carbones determinará qué tipo de especies vegetales había en el entorno del poblado.

160.000 euros

El GIP dispone este año de 160.000 euros para la excavación a Los Vilars, por las las subvenciones del Estado, la Generalitat, la Diputación de Lleida y el Ayuntamiento de Arbeca, ha precisado la UdL.

Los trabajos, que continuarán hasta el próximo agosto, cuentan con la colaboración de expertos del departamento de Medio ambiente y Ciencias del Suelo de la UdL y el Seminario de Estudios e Investigaciones Prehistóricas de la Universitat de Barcelona (UB).

1 de junio de 2012

El urbanismo íbero desvela sus secretos en el yacimiento de Arbeca (Lérida)

El avanzado estado de las excavaciones que lleva a cabo la Universidad de Lérida ha convertido la fortaleza en un atractivo turístico de la comarca de Les Garrigues.
Excavación de siete casas de la fase fundacional de la fortificación
cercano a la torre puerta abierta a Levante.
Foto: Grupo de Investigación Prehistórica UDL.  
¿Cómo eran las casas en la Edad del Hierro y que relación tenían con el recinto fortificado? Es una de las preguntas que se podrá empezar a responder este mismo mes gracias a los trabajos de excavación que han empezado esta semana en los Vilars de Arbeca, un yacimiento íbero único en Europa por sus características y su estado de conservación. Una labor que el Grupo de Investigación Prehistórica de la Universitat de Lleida (UdL) inició en 1985 y que ha sido muy intensa en la última década, hecho que permite poder pasearse y volver al pasado de la fortaleza.

“Estamos trabajando en la fase fundacional, hecho que le añade un interés especial que sólo se puede realizar en algunas zonas de la fortaleza”, explica el director de las excavaciones y catedrático de Prehistoria de la UdL, Emili Junyent. Los trabajos pondrán al descubierto la relación de las casas con la muralla contigua que, entre otros aspectos, estaban caracterizadas por tener una gran estancia o vestíbulo. Cabe destacar que, hasta el momento, los vestigios más antiguos que se han encontrado de la época –siglo VIII a.C.– provienen de los Vilars, hecho que da aún más relevancia a la actual campaña.

Los trabajos actuales, que concluirán con la realización de un curso de estudiantes que se organiza cada año en el marco de la Universitat d’Estiu de la UdL, se reprenderán en otoño con otra de las intervenciones más importantes. Se trata de la restauración de uno de los pocos tramos de muralla aún pendiente: la vertiente noreste donde precisamente ahora se excavan las casas. El ritmo de trabajo de este año ha empezado a paralizarse y la tendencia de futuro es, como mínimo, incierta. “Esta dinámica está en peligro”, sentencia Junyent, aunque apunta que si la crisis frena las excavaciones, el yacimiento no se resentirá porque se ha avanzado mucho respecto a la restauración, acondicionamiento y museización del espacio.

Incógnitas por resolver
Los trabajos aun pueden resolver muchas dudas sobre el sentido de las construcciones de la época. Junto a la fortaleza está el llamado campo norte, que tiene casi el doble de extensión. En ese espacio podría estar ubicada la contraguardia del recinto a parte de la canalización que hacía llegar el agua hasta el foso. De momento se trata de una zona en la que no se puede excavar, ya que el terreno no es de propiedad municipal. La idea es, en un futuro, adecuarlo y convertirlo en un parque arqueológico que recupere la vegetación de ribera antigua.

Junyent cree que los Vilars tendrían que ser considerados como “la Empúries de Ponent”, situando el yacimiento como un equipamiento de primer orden. “En pocos sitios se puede leer el proceso de formación inicial de la cultura íbera como aquí”, explica. De hecho, los restos arquitectónicos conservan más de cuatro siglos de historia pertenecientes a una misma comunidad, los ilergetes, que abandonan el lugar en el siglo IV a.C. “Nos permite conocer la propia evolución de lo que sería su cultura material”, añade el director de las excavaciones.

Atractivo turístico
La fortaleza ha ido ganando terreno ya no tan solo como bien cultural –con el reconocimiento a nivel nacional- sino también como uno de los principales enclaves turísticos de la comarca. Los datos recogidos por el Ayuntamiento de Arbeca (Les Garrigues) durante el 2011 cifra en 5.000 el número de visitantes. Por ese motivo, tal como explica la técnica del área de promoción económica del consistorio, Mavi Vidal, "la idea es apostar por crear rutas que integren el patrimonio con otros elementos característicos de la zona como la gastronomía".