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7 de agosto de 2017

La excavación en el yacimiento de Driebes descubrirá el foro de la ciudad romana de Caraca

Los trabajos arqueológicos, cuya primera fase acaba el 16 de agosto, se centran en recuperar dos espacios clave: la plaza pública y una de las vías principales. Los restos encontrados hasta ahora acreditan la existencia de la primera ciudad romana localizada en Guadalajara entre el siglo X a.C. y el siglo II d.C. Emilio Gamo, director de las excavaciones: “la campaña arqueológica está confirmando el hallazgo que detectó en febrero el georradar
Las excavaciones en el yacimiento de Driebes las dirige el equipo técnico encabezado por los arqueólogos Emilio Gamo y Javier Fernández. También participa un equipo multidisciplinar del que forman parte los también arqueólogos Saúl Martin y David Álvarez. FOTO: RAQUEL GAMO
“Caraca fue la primera ciudad romana con rango jurídico en la provincia de Guadalajara”. Así lo confirma Emilio Gamo, codirector del ‘Proyecto Driebes’, a eldiarioclm.es, después de que las excavaciones arqueológicas que actualmente se desarrollan al sur de la localidad de Driebes, en la comarca de la Alcarria Baja, hayan podido confirmar la existencia de este asentamiento de época romana, tal como apuntaba la investigación llevada a cabo mediante la técnica del georradar.

Caraca data del primer milenio antes de nuestra era. Y no es la única constatación fehaciente. Los trabajos a pie de campo, que se iniciaron a mediados de julio, han revelado los restos del pórtico y la cabecera del foro, una prueba que cumple con una de las mayores expectativas de esta investigación. “Nos encontrarnos ante la ciudad romana más primitiva de la provincia de Guadalajara”, admite el arqueólogo. De hecho, la existencia de un foro, centro de la vida social en el Imperio romano, es precisamente el criterio por el que se otorgaba el estatus de ciudad a una población.

El paisaje bajo el que yace Caraca es mesetario, casi lunar. Se trata del Cerro de la Virgen de la Muela, al sur del municipio de Driebes. Es un paraje a 600 metros de altitud, abierto, vasto, rodeado de barrancos esteparios, casi desérticos por la pobre vegetación de matorral. Este alto en el que también se emplazan los restos de la Ermita Nueva contrasta con la deliciosa imagen de la fértil vega, regada por el río Tajo que puede otearse en el horizonte. Una paleta de diversidad y cromatismo que tanto caracteriza a Guadalajara.

Pasear por esta loma es como reencontrase con la historia antigua y experimentar la sensación de caminar encima de unas termas o un mercado de época romana. La ubicación de la que fue la antigua Caraca hace que el viajero pueda toparse con todo tipo de vestigios. Por ejemplo, valiosas cerámicas, piedras de granito u otros objetos que formaban parte de la vida cotidiana de nuestros antecesores.

UNA CIUDAD MEDIANA
Caraca, según los especialistas que trabajan en su emplazamiento, debió de ser una ciudad mediana en su tiempo con una población de entre 1.500 y 1.800 habitantes. Otra relevante infraestructura que refuerza la hipótesis de que ésta se trataba de una urbe administrativa es el acueducto de tres kilómetros que abastecía a los pobladores desde el manantial de Lucus o ‘bosque sagrado’ en latín y que, gracias a la arqueología, se ha recuperado parcialmente.

El punto geográfico escogido por los romanos para construir Caraca no fue casual, como nada que tenga que ver con esta avanzada civilización que sentó las bases de la ingeniería civil hace 2000 años. Al contrario, el Cerro de La Muela, que es donde asienta, estuvo considerado, según puntualiza Emilio Gamo, una zona “estratégica” de la meseta sur desde donde la población dominaba el Tajo por el norte y controlaba diversos arroyos y vegas circundantes. Esta situación privilegiada permitió a los romanos, por un lado, defenderse de las invasiones enemigas y, por otro, abastecerse de abundante agua para sostener su próspera economía basada en la explotación del ‘lapis specularis’-mineral usado en el Imperio Romano para construir ventanas- y en la fabricación de esparto, una planta empleada antiguamente para la minería y la cordelería de los barcos.

De ahí que los romanos decidieran asentarse en Caraca, ciudad ubicada en la vía ‘Complutum-Carthago Nova’- principal centro portuario de la época-, a medio camino entre Alcalá de Henares (Complutum) y Segóbriga, otro yacimiento cercano en la provincia de Cuenca. “Probablemente la ciudad se abandonó en el siglo II después de Cristo por el fin de las actividades mineras que se llevaban aquí a cabo”, explica Gamo al hablar sobre el ocaso de Caraca.


"GRAN DESCUBRIMIENTO"
El yacimiento del cerro de la Virgen de la Muela está ubicado sobre un amplio cerro amesetado situado en la orilla derecha del Tajo, cuando traza un amplio meandro, y está delimitado por barrancos con un curso de agua irregular. Se sitúa una altitud de 610 metros y la extensión del yacimiento de época imperial es de al menos 8 hectáreas.

A nivel geológico, la zona a estudio está compuesta de gravas, arenas y limos del cuaternario Superior. Se trata de un área, por tanto, óptima para el asentamiento antrópico. Esta visión queda reforzada por la situación estratégica del enclave, dominando el Tajo desde el norte, el arroyo del Barranco al este, el arroyo Salobre al oeste y una fértil vega a sus pies, al sureste.

Juan Manuel Abascal, catedrático de Historia Antigua en la Universidad de Alicante, sostiene que Caraca “es, sin duda, el gran descubrimiento arqueológico de los últimos años en Castilla-La Mancha”. Especialmente, por la luz que arroja acerca “del trazado de las principales vías romanas a su paso por la actual provincia de Guadalajara”.

EQUIPO TÉCNICO
La campaña arqueológica en el yacimiento de Driebes está siendo ejecutada por un equipo técnico encabezado por los arqueólogos Emilio Gamo y Javier Fernández, y un equipo multidisciplinar del que forman parte los también arqueólogos Saúl Martin y David Álvarez. Además, un grupo de nueve peones naturales de Driebes, contratados mediante el Plan de Empleo de la Junta de Castilla-La Mancha, se encarga de excavar con pico y pala cada mañana durante seis horas en las tres catas que se han abierto en el yacimiento: dos en las que, según apuntan los estudios previos, se situaría el foro; y otra que pertenecería al ‘decumano’ o calle principal del enclave que se cruzaba perpendicularmente con el cardo, la otra gran vía del plano urbano que discurría de norte a sur de la ciudad.

El objetivo esencial del trabajo de campo que se llevará a cabo en el Cerro de la Virgen de la Muela hasta el próximo 16 de agosto es verificar los resultados del ‘georradar’ tridimensional que durante la fase previa de prospección arqueológica del terreno arrojaron “la presencia de una planta urbanística plenamente establecida en las dos calles principales de una ciudad romana, el foro, unas posibles termas y un posible ‘macellum’ o mercado”.

POBLADO CARPETANO ANTERIOR
En noviembre de 2016, el grupo de arqueólogos desarrolló una prospección arqueológica sobre 1,3 hectáreas del Cerro de la Virgen de la Muela a través de la tecnología del georradar con la que se determinó que estas ruinas correspondían probablemente a una población con su foro, sus termas y su acueducto, entre otros edificios. Se trataba de una ciudad romana reconstruida sobre un poblado carpetano existente anteriormente.

Tras varios meses, las expectativas depositadas por los arqueólogos en la información aportada por la técnica se van cumpliendo punto por punto. “De momento las excavaciones están confirmando lo que habíamos visto en las prospecciones”, reconoce Gamo. De este modo, la información que ofrezcan los restos hallados servirá para “analizar cómo se produjo el proceso de romanización en la provincia de Guadalajara y en Castilla-La Mancha”, mediante la evolución histórica de Caraca desde el primer mileno a.C. hasta el Siglo II d.C.

VISITA GUIADA
La primera visita guiada que el grupo de arqueólogos organizó al yacimiento el pasado jueves despertó una gran expectación. Contó con la participación de cerca de un centenar de visitantes de Driebes y otras localidades que, a pesar del incesante calor que caía sobre el cerro, no faltaron a la cita con Caraca. Esa misma tarde tuvo lugar otra visita por la tarde y, además, hay programadas otras dos: el día 10, organizada por la Asociación de los Amigos del Museo de Guadalajara y, al día siguiente, otra de la Asociación de Mujeres de Brea del Tajo.

Durante el recorrido por Caraca, Emilio Gamo describió con todo lujo de detalles los avances que se han alcanzado en apenas 20 días de trabajo. Y, aunque aún no hay nada asegurado y los especialistas recomiendan conceder tiempo y prudencia a las investigaciones, lo cierto es que los trabajos realizados hasta la fecha permiten alumbrar la esperanza sobre la confirmación de los hallazgos detectados por el georradar. En primer lugar, el arqueólogo se detuvo en las inmediaciones de la Ermita Nueva de Driebes, sobre la que aún perviven varias leyendas a su alrededor y desde donde puso en situación a los escuchantes sobre el contexto de la investigación.

PÓRTICO DEL FORO
En la primera cata que los técnicos han abierto en el yacimiento arqueológico, los trabajos se enfocan a encontrar una zona característica del foro: el pórtico. Según Gamo, “la presencia de un espacio diáfano, rodeado al sur por una columnata a modo de pórtico y al norte por dos habitáculos de grandes dimensiones al sur de la actual ermita hace pensar que podría tratarse de un foro”, es decir, el área pública y administrativa del núcleo.

En una segunda excavación, situada a escasos metros de la anterior, la investigación se propone “documentar una parte del ‘decumano’ cercana a su conexión con el cardo máximo”. Aquí se puede observar un rebaje de la calzada empedrada para la conducción de las aguas residuales, que ratifica la hipótesis del georradar de que en esta ciudad romana hubo un sofisticado sistema de alcantarillado. También es visible un muro que pudo pertenecer a una villa e incluso restos de una viga de madera que formaría parte de la sujeción de la citada casa.

Y, finalmente, en la tercera cata podría ubicarse un complejo de instituciones públicas, civiles o religiosas aún por determinar. “Hemos hallado todo lo que esperábamos y a partir de este momento pueden venir las sorpresas. Queremos llegar al nivel ocupacional de las catas y en este punto que alberga la cabecera del foro podríamos encontrar el Templo Imperial, la Curia o la Tesorería”, asegura Javier Fernández Ortea, codirector del ‘Proyecto Driebes’.


APOYO DE LA JUNTA
La ruta arqueológica culminó a la entrada de la antigua ciudad romana, una pronunciada pendiente desde donde se contempla idéntico paraje árido y desmochado. En medio de este entorno se conserva la vía que daba acceso al municipio, la conocida como Vía Espartaria, que se prolonga hasta llegar al río Tajo y sobre el que los romanos debieron construir un puente, hoy desaparecido. Caraca debió contar con una extensión de entre 8 y 12 hectáreas.

Entre los asistentes a la visita se encontraba Faustino Lozano, director provincial de Cultura, quien reiteró el compromiso del Gobierno regional con la continuación de las excavaciones arqueológicas “interesantes” que se están ejecutando en la provincia de Guadalajara. “Sigue habiendo mucha expectativa, pero hay que seguir con prudencia los trabajos cuya continuidad dependen de las subvenciones públicas que convoca anualmente la Junta. Es una pena que a veces algunos yacimientos se queden sin ayudas, porque Guadalajara es muy rica en estos recursos”, admitió.

FINANCIACIÓN DEL PROYECTO
La financiación de las excavaciones en el enclave de Caraca ha corrido a cargo de la Junta de Castilla-La Mancha, que ha aportado 16.000 euros; además de las aportaciones del Ayuntamiento de Driebes, la Asociación de Mujeres de Brea de Tajo y la Asociación de Amigos del Museo Provincial de Guadalajara. Mediante un canal de ‘crowdfunding’, destinado a incrementar los fondos para la investigación, se recaudaron 11.000 euros en solo tres meses, lo que da una idea del fervor que este hallazgo ha causado entre la población de Driebes y su entorno.
Pueblo ilusionado

“La gente de Driebes es sencilla y tiene una gran humanidad, un corazón muy grande. Somos especiales”. Así califica el alcalde, Pedro Rincón a sus conciudadanos. Y es que Driebes vive con enorme entusiasmo el hallazgo de la ciudad romana de Caraca, a escasos 6 kilómetros de este municipio de la Alcarria Baja, rayano con la Comunidad de Madrid.

Con un censo municipal de alrededor de 300 habitantes, la materialización de este hito arqueológico actuaría como foco cultural y turístico para atraer viajeros a toda la comarca. “De momento ya hemos ganado mucho. Recibimos la visita de gente de toda España y del extranjero, que pasan por el pueblo, preguntan, compran algo y eso da más vida al pueblo”, asegura el primer edil a eldiarioclm.es. En cuanto a los planes que imagina para Caraca, el regidor reconoce que “todos tenemos un sueño: que haya un centro de interpretación, un pequeño museo… pero todo esto depende de los resultados que vayamos obteniendo y de las ayudas”.

La entrega de los driebanos al proyecto para desenterrar a su ciudad romana del olvido encuentra un claro ejemplo en la solidaridad de los hermanos Ángel y Pedro Zorita, propietarios durante décadas de los terrenos bajo los que se asientan los vestigios de Caraca.

Ambos se los compraron a una monja de Driebes en 1979 y, según cuenta, siempre sospecharon que “ahí debajo” había algo extraordinario. “Vaya campos más malos que hemos hecho, no salen más que piedras”, le decía Ángel a su hermano. Casi 40 años después, el mayor de los hermanos Zorita, de 82 años, cree que el proyecto “tiene buena pinta”. Los dos han colaborado con la causa cediendo sus dominios agrícolas. La participación de su hijo y su nieto en las excavaciones demuestra la ligazón que existe entre el pueblo de Driebes y Caraca, convertida desde este año en un insólito aliciente en la oferta cultural y turística de Guadalajara en el futuro.

4 de agosto de 2014

Encuentran restos de un carro carpetano en el yacimiento de Titulcia (Madrid)

Los arqueólogos que trabajan en el yacimiento carpetano de Titulcia (Madrid) han encontrado los restos de lo que podría ser un carro prerromano del siglo II a.C. para un auriga. Se trata de una llanta de hierro fragmentada que conserva los clavos que la unían a una rueda maciza de madera y la parte metálica de lo que podría ser el cubículo del carro que portaba al auriga. Según los expertos «es la rueda más antigua hallada hasta la fecha en la región."
Los arqueólogos extraen las piezas metálicas que pudieron pertenecer a un carro carpetano del S. II a.C. Foto: ABC
No es cualquier hallazgo. El yacimiento carpetano de Titulcia ha vuelto a sorprender a los arqueólogos que llevan más de una década desgranando la historia de los primeros madrileños que habitaron de forma estable la región. Capitaneados por José Polo y Carmen Valenciano, hace apenas unos días han encontrado los restos de lo que podría ser un carro prerromano del siglo II a.C. para un auriga. «Todos los elementos hallados apuntan a que podría tratarse de una pieza muy singular», explica Polo. Esos elementos, que han sido encontrados en el rincón de una estancia de sólo dos metros cuadrados, son de hierro y bronce.

«Entre ellos, el más evidente es una llanta de hierro fragmentada que conserva los clavos que la unían a una rueda maciza de madera y la parte metálica de lo que podría ser el cubículo del carro que portaba al auriga», dice este responsable de las excavaciones de Titulcia. «Es la rueda más antigua hallada hasta la fecha en la región. No se ha encontrado otra en estas circunstancias, y menos en un recinto tan especial», comenta. Pero hay otros elementos que señalan la singularidad de este nuevo descubrimiento. «Al lado hemos encontrado elementos tubulares de apliques de hierro y bronce decorados que podrían ser los pasamanos del carro», cuenta entusiasmado.

De confirmarse, la Comunidad de Madrid estaría ante algo «absolutamente único». «Es solo un ejemplo más de la importancia que Titulcia tuvo en la época, con una sociedad jerarquizada en la que existía una élite que podía tener caballos y este tipo de carros», añade. A pesar del júbilo con el que el equipo –en el que además de Valenciano y Polo participan otros siete arqueólogos– ha vivido el descubrimiento, aseguran que es necesario esperar a la restauración para saber, a ciencia cierta, si se trata de esta pieza o no.


En el caso de la llanta, guarda cierta similitud con una rueda de carro encontrada en el poblado de Amarejo en Bonete, Albacete. «El carro podría ser muy parecido al representado en un relieve carpetano encontrado en Illescas, a 30 kilómetros de Titulcia», apunta. 


El Museo Arqueológico Regional ha comenzado ya a identificar y restaurar cada una de las piezas. «Su director, Enrique Baquedano, nos ha prestado su apoyo técnico junto a Ignacio Muñoz, director general de Patrimonio de la Comunidad, para seguir descubriendo la historia que encierra esta importante ciudad carpetana», destaca Polo.

En este enclave arqueológico, situado a 40 kilómetros al sur de Madrid, carpetanos, romanos y árabes dejaron profundas huellas que afloran incesantemente desde hace una década. Fue el primer territorio establemente poblado de la región madrileña. Por su trascendencia, la Comunidad de Madrid lo declaró Bien de Interés Cultural (BIC) en agosto de 2012. Dos años antes, el mismo equipo arqueológico sacó a la luz su afamada pátera, conocida como la «Medusa de Titulcia».

La "medusa de Titulcia".
UN LUGAR "PRIVILEGIADO"
Precisamente, estos restos inéditos se han encontrado a sólo tres metros de donde fue hallada la pátera. «Los objetos más especiales del yacimiento han sido extraídos dentro de este edificio singular. No podemos aventurar que se trate de un templo, pero desde luego era unlugar privilegiado y respetado por los carpetanos de Titulcia», explica José Polo. «Estaba custodiado por un perro guardián del que hace dos campañas encontramos sus restos, aún atados con una cadena a una argolla en la pared», prosigue. «Es un lugar fascinante que promete muchas más sorpresas», advierte. 


La ciudad carpetana sufrió un colapso súbito a mediados del siglo II a. C. «Las pruebas del carbono-14 datan la fecha entre el año 147 y el 139 a. C. El margen de error es muy pequeño», asegura el arqueólogo. Todo se quedó detenido, bajo los escombros de un incendio primero y enterrado después, en aquel instante que ocurrió hace más de 21 siglos. Titulcia se emplaza en la cabeza de comarca de esta civilización. La ciudad se asentaba en una colina desde la que los pobladores podían controlar las aguas de los ríos Jarama y Tajuña, lo que propició que se convirtiera en un lugar geoestratégico. Prueba de ello es la fortaleza defensiva construida de forma aterrazada que impedía el paso a la caballería enemiga.

«Aún no se han encontrado restos humanos ni vestigios de que se produjera una batalla», explica. «Puede que los habitantes de Titulcia huyeran del enemigo —la fecha coincide con las campañas del lusitano Viriato en Carpetania— y que estos arrasaran la ciudad, aunque sin expoliarla. Prueba de ello es que se dejaron piezas tan valiosas como la pátera hallada en 2010», opina. Otra posibilidad, según este especialista, es que los propios carpetanos arrasaran su ciudad para evitar que el enemigo se apoderara de sus bienes.

Lo que está aflorando es la Titulcia próspera, «con una jerarquía social muy bien estructurada», de la que hablan los escritos romanos. Conocida como la «Mesopotamia de los carpetanos», era rica en productos agrarios, ganaderos y manufacturas metálicas y cerámicas, de las que se han encontrado más de dos toneladas de restos en un buen estado de conservación.

7 de agosto de 2012

El yacimiento carpetano de Titulcia ya es BIC

El siguiente paso será acondicionar la zona para la apertura al público de un Centro de Interpretación.
La "Mddusa de Titulcia" descubierta en 2010 actualmente se expone
en el Museo Arqueológico Regional (Alcalá de Henares).
El Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid aprobó hoy que el yacimiento carpetano de Titulcia pase a ser Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de zona arqueológica. El Gobierno regional, que excava este enclave desde 2005, profundiza así en la protección a este yacimiento. El siguiente objetivo será adaptar la zona para que sea visitable.

Los arqueólogos trabajan en Titulcia bajo la supervisión de la Dirección General de Patrimonio Histórico. El medio centenar de personas que componen el equipo han logrado recuperar tanto estructuras arquitectónicas del asentamiento carpetano como piezas singulares.

El caso más conocido es el de la «Medusa de Titulcia» –hallado en 2010–, un bello plato ceremonial que en la actualidad está expuesto al público en el Museo Arqueológico Regional, en Alcalá de Henares, y que constituye uno de los hallazgos más importantes de época carpetana de la Comunidad.

Aunque la novedad más destacada se dio este año. Es el descubrimiento del triple sistema defensivo con el que contaba el enclave carpetano datado del siglo IV antes de Cristo. Hecho que, junto con el hallazgo de numerosas piezas de bronce (fíbulas, espuelas, pesas y contrapesos, navajas, etc.) y vasijas de barro, ofrecen indicios de que Titulcia pudo haber sido una ciudad estratégica y comercial que conectaba las principales rutas comerciales de la península.


Grandes espectativas de futuro
Que el yacimiento haya sido declarado BIC en tan sólo siete años no ha sido casualidad. La Titulcia carpetana que hay en el subsuelo ofrece unas inmejorables perspectivas de investigación para conocer la cultura carpetana de la Península Ibérica y presenta peculiaridades no detectadas hasta la fecha en otros enclaves de la época. Desde el año 2005 la colaboración de la Comunidad ha sido imprescindible, pues ha financiado la realización de sucesivas campañas de actuaciones arqueológicas en Titulcia, invirtiendo hasta la fecha más de 200.000 euros.

Además, el programa electoral de Esperanza Aguirre –con el que se presentó a las pasadas elecciones– contemplaba la construcción de un centro de interpretación ubicado dentro de las 343 hectáreas, que abarcan la zona arqueológica y su entorno. Se prevé que el próximo año comiencen las obras.

10 de julio de 2012

Comienzan las excavaciones en el yacimiento carpetano de Santorcaz (Madrid)

Las excavaciones realizadas en El Llano de la Horca permiten establecer una primera ocupación del cerro en la Edad del Bronce. Sin embargo, la principal fase de ocupación se extiende entre el siglo III a.C. y mediados del s. I a.C., según ponen de relieve un buen número de dataciones de radiocarbono, además de otros datos de excavación.
Excavaciones en el yacimiento carpetano de Santorcaz (Madrid).
La Comunidad de Madrid –a través de la Dirección General de Patrimonio Histórico y del Museo Arqueológico Regional- ha iniciado esta semana una nueva campaña de excavaciones en el yacimiento carpetano de El Llano de la Horca, situado en el municipio de Santorcaz, y el mayor de la Carpetania, correspondiente a los últimos pobladores prerromanos que habitaron la región (s. III-I a C).

Este proyecto arqueológico –que finalizará el 31 de julio- trata de incrementar el conocimiento sobre la vida cotidiana de los habitantes de esta ciudad prerromana de finales de la Edad del Hierro. El objetivo planteado para la presente campaña -dirigida por Gonzalo Ruiz Zapatero, catedrático de Prehistoria de la Universidad Complutense de Madrid, y por Gabriela Märtens, Miguel Contreras y Enrique Baquedano, arqueólogos y director del Museo Arqueológico Regional, respectivamente- es el de trabajar sobre tres sectores. En dos de ellos, abiertos en años anteriores, se espera poder constatar que el diseño del urbanismo sigue una planificación más o menosorganizada, tanto en las estructuras domésticas como en las superficies de circulación, las calles, y, tal vez, extrapolar los datos a toda la extensión del yacimiento.

En la campaña de excavaciones, en la que participan más de 100 investigadores, se lleva a cabo una excavación muy detallada y metodológicamente rigurosa. Además, se genera una gran cantidad de información en forma de fichas de campo, diarios, fotografías y planimetrías, tanto de detalle (dibujo de campo a escala 1:20) como con estación total. El futuro Parque Arqueológico se encontrará en un enclave único, bien comunicado por su cercanía con las carreteras N-II y N-III y junto a un enclave urbano como es Santorcaz. Asimismo, su ubicación ofrecerá al visitante un típico paisaje de la Alcarria y un modelo de la geografía alcarreña.

Época carpetana
El Llano de la Horca es un yacimiento arqueológico cuya ocupación más importante se produjo en época carpetana (siglos III-I a. C.), momento en el que se documenta un gran poblado.

Las excavaciones realizadas en El Llano de la Horca permiten establecer una primera ocupación del cerro en la Edad del Bronce. Sin embargo, la principal fase de ocupación se extiende entre el siglo III a.C. y mediados del s. I a.C., según ponen de relieve un buen número de dataciones de radiocarbono, además de otros datos de excavación.

Las investigaciones han puesto de manifiesto que el poblado carpetano se extiende por toda la superficie del cerro, ocupando en torno a 8,5 hectáreas. Se han descubierto varias viviendas y varias calles de una anchura aproximada de 5 metros. Se trata de casas rectangulares con varias estancias interiores, mientras que otras tienen en cambio planta cuadrangular y son de mayor extensión.

Exposición 'Los últimos carpetanos'
La importancia de este yacimiento queda reflejada en la exposición que se puede contemplar en el Museo Arqueológico Regional hasta el próximo 25 de noviembre. La exposición tiene como objetivo dar a conocer la cultura carpetana de forma detallada y ofrecer al público una visión de la vida cotidiana, de las formas de vida de los carpetanos, tomando como referencia el yacimiento de El Llano de la Horca.

Como complemento a la exposición, el Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid ha organizado una serie de visitas guiadas, que tienen lugar los sábados, a las11:30 horas en las que un arqueólogo invitará a un público adulto y familiar a hacer un viaje por esta muestra. Paran poder disfrutar de esta actividad es imprescindible reservar previamente en el número 91 879 66 66 hasta cubrir el cupo de 25 personas por grupo.

(Fuente: Madrid Actual)

4 de junio de 2011

El yacimiento carpetano de Santorcaz (Madrid) ya tiene la declaración de BIC

La Comunidad de Madrid ha aprobado la declaración del yacimiento arqueológico del Llano de la Horca en Santorcaz y su entorno como Bien de Interés Cultural (BIC), en la categoría de Zona Arqueológica.
Vista aérea del yacimiento del Llano de la Horca, en Santorcaz (Madrid).
El objetivo es proteger este espacio dado el interés histórico, científico, educativo y ecológico del yacimiento y su entorno. Esta resolución culmina el proceso que se había iniciado el pasado octubre de 2010, con la incoación del correspondiente expediente por parte de la Dirección General de Patrimonio Histórico del Gobierno regional.

El Yacimiento del Llano de la Horca, en Santorcaz, es el asentamiento protohistórico mejor investigado y conservado de la Comunidad de Madrid por lo que resulta preciso otorgar la máxima protección determinada por la Ley, mediante la categoría de Zona Arqueológica, así como proseguir los trabajos de investigación y restaurar y acondicionar el poblado para la visita pública. La extensión de la zona declarada BIC es de 49 hectáreas.

Las tierras circundantes servían para las actividades agrícolas, pasto para la cabaña ganadera y coto de caza o pesca, un entorno más o menos amplio sobre el que ejercer sus funciones defensivas, comerciales o de abastecimiento.

En el entorno que se protege, que suma un total de 549 hectáreas, están catalogados nueve yacimientos arqueológicos, conserva la flora y la fauna autóctonas. Tan sólo el núcleo urbano de Santorcaz es ajeno a las actividades productivas antiguas, por lo que queda en su mayor parte excluido. Gran parte del entorno se encuentra ya protegido por la normativa municipal por sus valores ecológicos y agrícolas.

El asentamiento de Llano de la Horca fue construido por una población carpetana, que fue una de las etnias peninsulares que hallaron cartaginenses y romanos en sus respectivas conquistas. La ocupación principal del yacimiento se produce entre los siglos IV y I a.C. por parte de los carpetanos. Éstos aparecen en las fuentes históricas como aliados de los cartaginenses en la campaña de Aníbal y asociados con otros pueblos indígenas contra Roma. 

Así pues es un yacimiento con una carga histórica, fruto de la actividad del pueblo prerromano que ocupaba prácticamente toda la Comunidad de Madrid.

Por otro lado, el buen estado de conservación de calles, manzanas, viviendas y los depósitos arqueológicos lo convierte en un yacimiento con grandes aptitudes para su acondicionamiento como museo y divulgación, razones por las cuales se prevé la creación de un Parque Arqueológico en el yacimiento, siguiendo la función didáctica y social que la gestión del Patrimonio Histórico debe cumplir.

Sobre el asentamiento en el Llano de la Horca
El Llano de la Horca es un yacimiento de la Segunda Edad del Hierro que estuvo poblado entre los siglos III y I a.C. por los carpetanos, pueblo prerromano de la Península Ibérica, situado al sur de los celtíberos, que se extendían por los territorios que en la actualidad ocupa la casi totalidad de la Comunidad de Madrid y parte de los territorios de Castilla-La Mancha.
Trabajos en el Llano de la Horca.

El poblado tiene una superficie ocupada de cerca de 10 hectáreas y su área de influencia sería de entre 5 y 7 kilómetros. Se trataría de una comunidad urbana desarrollada, con algún tipo de jerarquía social, de creciente especialización “industrial” y con una población bastante densa.

El proyecto arqueológico de El Llano de la Horca se ha planteado desde el principio con dos objetivos fundamentales. En primer lugar, la excavación y estudio de una superficie significativa del poblado para lograr abrir una ventana a la vida cotidiana de una comunidad carpetana de finales de la Edad del Hierro, en vísperas de la conquista romana.
Denario prerromano encontrado en el yacimiento. 

El segundo es la creación de un Parque Arqueológico que permita visitar directamente el poblado descubierto -debidamente consolidado y presentado al público- y un Centro de Interpretación que se construirá en sus inmediaciones y permitirá ofrecer una visión completa del yacimiento y de la cultura carpetana.

(Fuente: Europa Press)

27 de octubre de 2010

Se presenta en Madrid "La Medusa de Titulcia", un plato oculto durante 25 siglos

Este martes se ha presentado en Madrid la 'Medusa de Titulcia', un plato ceremonial del siglo IV a.C. que fue descubierta el año pasado.


Se trata de un plato ceremonial (pátera), de 18 centímetros de diámetro, con iconografía helenística y realizada en plata y oro. Muestra una cabeza de medusa (animal mitológico, aparentemente una cabeza de felino), adornada con serpientes y posiblemente perteneció a la tribu prerromana de los carpetanos, un pueblo extendido por la zona de la meseta sur de la Península.

La singularidad de la pieza radica en ser la única de estas características hallada en España, además de por sus materiales y la ornamentación que presenta. Se trata del primer hallazgo de este tipo que se produce en una excavación científica desarrollada por la Dirección General de Patrimonio Histórico de la Comunidad durante seis años en la localidad de Titulcia, con una inversión de 100.00 euros.

En la presentación de la pieza Ignacio González destacó la  relevancia del descubrimiento en la actividad cultural madrileña: "ponemos de manifiesto una vez más la vocación de la Comunidad de Madrid de convertirse en región líder cultural, con las mejores muestras del arte, ya sean las manifestaciones más innovadoras y actuales o el patrimonio histórico".

El descubrimiento se ha producido en el yacimiento arqueológico de El Cerrón, dentro de unos trabajos de investigación iniciados en 2005 con la colaboración del gobierno regional y el ayuntamiento de Titulcia.

23 de septiembre de 2010

Impulso a la novena excavación en el yacimiento carpetano del Llano de la Horca (Santorcaz, Madrid)

El Museo Arqueológico Regional (MAR), ha reanudado por noveno año las excavaciones en el yacimiento conocido como El Llano de la Horca, situado en el municipio de Santorcaz. Se trata de un yacimiento de la Segunda Edad del Hierro que estuvo poblado entre los siglos III y I a.C. por los carpetanos, pueblo prerromano de la Península Ibérica.

La nueva campaña arqueológica, que se desarrolla del 1 al 31 de septiembre, tiene como objetivo abrir dos nuevos sectores para comprobar cómo se desarrollan las calles del poblado y cómo se unen entre ellas cuando cambian de dirección o de orientación. Además, se espera poder cerrar la excavación de dos módulos en los que se ha encontrado una vivienda.

El análisis realizado el año pasado mediante Magnetometría de Cesio en este yacimiento carpetano permitió distinguir tanto viviendas como almacenes y hornos de combustión en toda la extensión de la meseta, lo que confirmó su ocupación a lo largo de los años. Este año participa en la investigación un equipo de casi 50 personas entre técnicos arqueólogos, auxiliares de arqueología, restauradores y estudiantes de diferentes universidades de la región.

El yacimiento tiene una superficie ocupada de cerca de 10 hectáreas y su área de influencia sería de entre 5 y 7 kilómetros. Según los primeros resultados de la investigación, se trataría de una comunidad urbana desarrollada, con algún tipo de jerarquía social, de creciente especialización industrial y con una población bastante densa. En el futuro se prevé crear un parque arqueológico que permitirá visitar directamente el poblado descubierto y un centro de interpretación que se construirá en sus inmediaciones.